Como cada 12 de octubre, centenares de personas han abarrotado la basílica del Pilar para participar en la solemne misa pontifical, que ha oficiado el arzobispo de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez.
Al comienzo de su homilía, el prelado ha aprovechado para saludar a las autoridades civiles, militares y religiosas presentes en la celebración, y al Santo Padre, que «está presidiendo en Roma el Sínodo de los Obispos sobre el tema de la familia».
Durante sus palabras, Mons. Jiménez ha destacado que los caminos de Aragón y de España desembocan en este bendito santuario y ha recordado la construcción de la iglesia de San Ignacio Clemente Delgado en Valdespartera, «coincidiendo con el año jubilar pilarista».
El arzobispo de Zaragoza también ha señalado que la fiesta del Pilar es «un día para tres cosas: celebrar la presencia de la Virgen entre nosotros, preparar el futuro jubileo convocado por el papa Francisco y sentir a la Virgen del Pilar como madre y estrella de la nueva evangelización».
El resto de la intervención del prelado se ha basado en ampliar cada una de estas ideas, subrayando que hace 1975 años que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza para animar al apóstol Santiago y a sus discípulos a continuar con la evangelización.
Por último, Mons. Jiménez ha pedido a la Virgen que proteja a las instituciones, especialmente al Ayuntamiento de Zaragoza, para que «promueva el bien común de todos los ciudadanos», y que cuide de los sacerdotes y de aquellas personas que tienen su vida consagrada.
Tras la celebración de la Santa Misa ha tenido lugar la procesión por la plaza del Pilar con la imagen de plata de la Virgen. A la salida del templo había congregadas miles de personas.
Por otra parte, la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar ha batido un nuevo récord de participación este año. En total, medio millón de personas han seguido presencialmente el acto, que ha contado con más de 260 mil oferentes.