La caridad del papa Francisco no se va de vacaciones: durante el caluroso agosto romano, el Pontífice no se olvida de los numerosos pobres que viven en la Ciudad Eterna. Por eso, ha querido enviar algunos regalos a los inmigrantes del centro de acogida Baobab, en la zona de Tiburtina.
Se trata de paquetes de pasta, leche y galletas enviados a través del limosnero pontificio, Konrad Krajewski, más conocido como “Don Corrado”. Monseñor Krajewski, ha acudido al centro en dos ocasiones: la primera el pasado fin de semana y la segunda ayer por la tarde, lunes 10 de agosto.
“Don Corrado –cuenta uno de los voluntarios del Baobab al diario italiano La Repubblica— ha llegado con una furgoneta llena de cajas de comida con pasta, aceite de oliva, galletas, arroz, tortellini, leche y productos enlatados. La primera vez el fin de semana pasado, y después otra vez esta tarde, explicando que se trataba de víveres enviados ‘directamente por el Santo Padre’. Se ha ha ido hace poco”.