Roma celebra este miércoles la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, lugar donde se encuentra el icono de la Salus Populi Romani. Y así, como cada año, un manto de pétalos de flores blancas viste este 5 de agosto la Basílica de Santa María la Mayor, para celebrar la dedicación a este santuario mariano, el más antiguo de Occidente. Basílica además muy querida por el papa Francisco, donde acudió a rezar a la Virgen al día siguiente de su elección como sucesor de Pedro y donde acude también antes y después de sus viajes apostólicos al extranjero.
El cardenal español Santos Abril y Castelló, arcipreste de la Basílica, presidió la Santa Misa esta mañana y durante su homilía invitó a tomar a María como modelo. “Es Ella la que nos lleva a Jesús”, ha asegurado.
En declaraciones a Radio Vaticano tras la eucaristía, el purpurado ha indicado que “la fe verdadera a la Madre de todos los cristianos lleva a mejorar nuestra Iglesia, nuestra sociedad, y el respeto por la naturaleza, como nos indica Francisco en la exhortación Laudato Si’”.
La Basílica de Santa María la Mayor fue mandada construir por el papa Sixto III poco después del Concilio de Éfeso del año 431, en el que María fue proclamada solemnemente Madre de Dios. Por tradición, una lluvia de flores recuerda el llamado “Milagro de la nieve”, según el cual nevó sobre la colina romana del Esquilino la noche del 5 de agosto de 358 en pleno verano.
La tradición narra que la Virgen María se apareció en sueños al papa Liberio para pedirle que construyera una iglesia donde había nevado. Y ahora, desde el año 1983, el “Milagro de la nieve” se recuerda también con un espectáculo de luces y sonidos en la plaza frente a la Basílica.