Este jueves, el onomástico del Papa

La Iglesia recuerda el 23 de abril a san Jorge

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Este jueves es día festivo en el Vaticano porque se celebra el onomástico del Papa, Jorge Mario Bergoglio. Y es que el 23 de abril, la Iglesia recuerda a san Jorge.

Uno de sus más estrechos colaboradores, monseñor Guillermo Karcher, sacerdote argentino y ceremoniero pontificio asegura en una entrevista en Radio Vaticano que “pensar hoy, en esta fiesta onomástica, en el santo del Papa –siendo su nombre de bautismo Jorge– es bonito porque cuando pienso en él, y le veo actuar, puedo decir que es un ‘San Jorge moderno’, en el sentido de que es un gran luchador contra las fuerzas del mal y lo hace con un espíritu verdaderamente cristiano”.

Asimismo, monseñor Karcher afirma que “es a Cristo a quien veo en él, que siembra el bien para combatir el mal. Y este es un ejemplo, porque lo hacía ya en Buenos Aires y continúa haciéndolo ahora con esta sencillez que lo caracteriza, pero que es tan fuerte, tan importante en este momento del mundo, en el que es necesaria la presencia del bien”.

Jorge de Capadocia es el nombre de un hipotético soldado romano de Capadocia, en la actual Turquía, que al parecer fue mártir. Se le atribuye haber nacido entre 275 o 280, y muerto el 23 de abril de 303. En Italia, el culto a Jorge de Capadocia fue muy difundido. En Roma, Belisario, hacia 527, colocó bajo la protección de Jorge la Puerta de San Sebastián y la iglesia de San Jorge en Velabro, a donde fue trasladada una presunta reliquia del santo. Algunas ciudades, como Génova, Ferrara y Regio de Calabria, tienen a san Jorge por patrón.

La leyenda –posiblemente originada en el siglo IV- cuenta la historia de Jorge, un romano que tras morir su padre se trasladó con su madre hasta la ciudad natal de ésta: Lydda, actual Lod, Israel. Allí, la madre educó cristianamente a su hijo y al ser mayor de edad se enroló en el ejército romano. No tardó en ascender y, antes de cumplir los 30 años era tribuno y comes, siendo destinado a Nicomedia como guardia personal del emperador Diocleciano (284-305).

En 303, el emperador inició la persecución de los cristianos. Jorge confesó que él también era cristiano. Diocleciano ordenó que le torturaran y, al no conseguir que renegara de su fe, que le ejecutaran. Tras ser decapitado frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril de 303, el cuerpo de Jorge fue enviado a Lydda para que fuera enterrado.

Para saber más sobre la historia de san Jorge aquí


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ZENIT Staff

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