El papa Francisco se ha dirigido este sábado a los participantes en la XXI Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, reunida desde ayer y hasta el próximo martes en el Vaticano, para debatir sobre la trata de personas.
En su discurso, difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice ha señalado que está “muy agradecido por lo que esta Academia realiza para profundizar el conocimiento de la nuevas formas de esclavitud y para erradicar la trata de seres humanos, con la única intención de servir al hombre, especialmente a las personas marginadas y excluidas”.
Citando el Evangelio de Mateo, el Santo Padre ha explicado que los “benditos del padre”, los hijos que lo verán, son aquellos que se preocupan de los últimos y que aman a los más pequeños entre sus hermanos. Y ha destacado que hoy, “entre los hermanos más necesitados, están aquellos que sufren la tragedia de las modernas formas de esclavitud, del trabajo forzado, de la prostitución, del tráfico de órganos, de la droga”.
Tras recordar la labor de tantos santos y santas que como san Pedro Claver y san Juan de Mata, combatieron la esclavitud en el pasado, el Papa ha constatado que no obstante la abolición histórica de la esclavitud como estructura social, “consecuencia directa del mensaje de libertad traído al mundo por Cristo”, “en un sistema económico global dominado por la ganancia se han desarrollado nuevas formas de esclavitud peores y más deshumanas de aquellas del pasado”.
Por lo tanto, el Pontífice ha reiterado que “aún hoy, siguiendo el mensaje de redención del Señor, estamos llamados a denunciarlas y a combatirlas”.
En primer lugar, ha dicho el Santo Padre, “debemos hacer tomar más conciencia de este nuevo mal que en el mundo global se quiere ocultar porque es escandaloso y políticamente incorrecto”. Y recordando que esta plaga concierne a todos los países, ha exhortado a denunciar “este flagelo en su gravedad”.
Francisco ha indicado también que “toda la sociedad está llamada a crecer en esta conciencia especialmente en lo que respecta a la legislación nacional e internacional, para poner a los traficantes en manos de la justicia y reutilizar sus injustas ganancias para la rehabilitación de las víctimas” y ha insistido en la necesidad de buscar “modalidades idóneas para penalizar a quienes se hacen cómplices de este mercado deshumano”.
“Estamos llamados a mejorar las modalidades de rescate y de inclusión social de las víctimas, actualizando también las normas sobre el derecho de asilo”, ha subrayado el Obispo de Roma. “Debe aumentar la conciencia de las autoridades civiles con respecto a la gravedad de esta tragedia, que constituye un retroceso de la humanidad”, ha añadido.
Finalmente, tras alentar a los presentes a proseguir en este trabajo, “con el cual contribuyen a hacer que el mundo sea más consciente de este desafío”, el Papa ha recordado la necesidad de construir una ciudad terrena a la luz de las Bienaventuranzas, para así caminar hacia el Cielo en compañía de los pequeños y de los últimos.
(IDV)