El papa Francisco nombró este viernes como enviado especial para los católicos en Irak al prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Cardenal Fernando Filoni.
El purpurado fue nuncio apostólico en Baghdad del 2001 al 2006, tocándole la segunda guerra del Golfo, durante la cual fue el único diplomático que allí se quedó, cuando todas las embajadas y sedes habían sido evacuadas. Quiso hacerlo para estar cerca de los cristianos de esa ciudad y de ese país a pesar de saber que corría un enorme riesgo.
El cardenal, poco después de conocer el encargo que ahora le ha confiado el Santo Padre, expresó: «Seguramente es un gesto de confianza del Papa hacia mí persona, pero diría que sobre todo es un gesto que expresa la preocupación del Santo Padre por la situación de estos cristianos que en estos momentos están sufriendo: sufriendo por haber tenido que abandonar sus casas, por ver sus propias raíces cortadas, por haber sido humillados al abandonar sus hogares así como se encontraban en ese momento y al tener que buscar refugio en otra parte».
«Por lo tanto –prosiguió el cardenal– la preocupación del Papa me parece la cosa más importante y desde este punto de vista espero poder ir al encuentro de las exigencias de tanta gente y no sólo para manifestar la preocupación del Papa, sino también para ver junto con el Patriarcado, qué podemos hacer como Iglesia universal».
Siempre en estas declaraciones a la Radio Vaticano, el purpurado indicó: «En este momento estamos tratando de organizar el viaje, ya que no es fácil llegar al lugar … Pero no es necesario asustarse demasiado. Sin duda tendremos lo necesario para realizarlo y ver cómo podremos estar cerca del pueblo».
Sobre las declaraciones del patriarca caldeo Sako, que habló del riesgo de un genocidio, el cardenal Filoni indicó: «El patriarca Sako es del lugar y por lo tanto conoce muy bien muchos aspectos que, infelizmente pueden pasarnos desapercibidos. No es la primera vez que el pueblo cristiano de esta región se ve obligado a emigrar y también a pasar sufrimientos indecibles. Esto comenzó hace casi un siglo y se repitió diversas veces durante la historia de los últimos 90 años de vida en Irak, cuando el territorio pasó del Imperio Otomano a un estado independiente como todos los demás países de la región. Por lo tanto, se trata de una población que aún lleva el sufrimiento dentro de sí y por ello entiendo la declaración del Patriarca «.
El cardenal indicó también que como primera cosa “quiero llevar la solidaridad y cercanía en la oración” y consideró que “después el Santo Padre me dirá lo que debo dar a conocer a esta población, que es querida por el Papa, así como por la iglesia en todo el mundo «.