“La Jornada de la Juventud Asiática que contará con unos 2 mil representantes de 23 países que se sumarán a los 4 mil integrantes de la jornada coreana será muy importante aunque no sean 2 millones de otras JMJ”. Lo indicó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi, al presentar este jueves en la sala de prensa de la Santa Sede, el programa oficial del viaje apostólico del papa Francisco a Corea del Sur.
El portavoz recordó que el Santo Padre “encontrará a la Iglesia católica coreana, muy dinámica en la que se registran unos cien mil bautismos cada año”, una comunidad “que no pide ayuda pero que se propone como una Iglesia activa”. Precisó entretanto que “el único país en Asia de mayoría católica es Filipinas”, mientras que en Corea del Sur aproximadamente el 10 por ciento de la población es católica.
La anterior visita de un papa fue la de Juan Pablo II, que visitó Corea del Sur en dos ocasiones: del 3 al 7 de mayo de 1984, cuando canonizó a 103 mártires; y del 7 al 9 de octubre de 1989, con ocasión del Congreso Eucarístico Mundial celebrado en Seúl.
“El evento central de este viaje –recordó el portavoz– es la beatificación de los 124 mártires”. Puntualizó que la historia de la Iglesia en Corea es muy particular y que el Papa en sus discursos se referirá a esto. Una Iglesia que no nace por el impulso de los misioneros que vienen desde el exterior, sino de personas que se interesan por el mensaje del Evangelio y toman informaciones, entre las cuales las proporcionadas por el misionero Matteo Ricci. Y de esa inquietud nace esa búsqueda de la verdad, realizada por civiles que intentan profundizar este mensaje. Indicó que “el inicio laical y el martirio son los dos pilares de la Iglesia en Corea”.
Calificó el desarrollo de la Iglesia como “muy original” y con una historia de martirio impresionante en la cual “durante más de un siglo los católicos son martirizados porque en oposición con el sistema existente”.
Recordó que el papa Juan Pablo II había canonizado a los mártires de segunda y tercera generación que conocieron los misioneros franceses, en cambio los de la primera generación no habían sido estudiados ni había entonces documentación para beatificarlos.
Por ello precisó que los mártires que ahora serán beatificados, son los de la primera generación de la Iglesia en Corea, de los fundadores, que son padres o abuelos de los mártires de las generaciones ya canonizadas.
El portavoz mostró a los periodistas allí presentes en la sala de prensa de la Santa Sede, un diario local, que reporta como esos los buscadores de la verdad vivían en un éremo en las regiones montañosas y reconstruye el cuadro de este período, en el cual operaban siguiendo a uno de ellos reconocido como su jefe y maestro. E indicó que “en el lugar de este éremo hay un santuario meta de peregrinaje, en donde están las tumbas de ellos cinco de ellos”.