(zenit – 21 dic. 2020)-. Cuenta una tradición que cuando nació Jesús, su Madre, la Virgen Santísima exclamó: “¡Dios mío, Señor mío, Hijo mío!”. Y al decir “Dios” le besó los pies, al decir “Señor” las manos, y al decir “Hijo” las mejillas.
Nosotros también adoramos a Jesús, en Navidad. Otras veces se le da un beso en la figura del Niño recién nacido, pero este año no es conveniente. En cualquier caso siempre podemos adorarle cuando le saludamos en el Sagrario, con una genuflexión en la que doblamos la rodilla derecha hasta tocar el suelo, es decir, bien hecha, despacio y diciéndole por dentro algo bonito.
¿Cómo nos podemos preparar para celebrar bien la Navidad?
-Visitando muchas veces a Jesús en el Sagrario, para felicitarle por su próximo cumpleaños.
-Asistiendo a la Santa Misa para recibirle y adorarle. Al menos cada domingo y los días 25, 1 y 6 de enero, que son de precepto, por ser de especial celebración. El 25 por ser el día de su Nacimiento, el 1 es el día dedicado a santa María, Madre de Dios. Y el 6 es la adoración de los Reyes Magos a la que nos unimos todos, pues Dios se nos manifiesta a cada uno.
-Cantándole villancicos, alrededor del Nacimiento, en las distintas reuniones familiares.
Lc 2, 5-7: “José y María hicieron un largo viaje en su borrico, desde Nazaret a Belén. Y sucedió que estando allí (en Belén) le llegó a María la hora del parto, y dio a luz a su hijo Jesús, y lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada”.
Si en tu familia nace un nuevo hermano se le recibe con impaciencia y previsión. Si nos alegramos tanto cuando nace uno como nosotros, ¡cuánto más si nace Dios! El día de Navidad todos los hombres, y más la gran familia de la Iglesia, canta llena de alegría: Un Niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado.
¿Y quién es ese Niño? Es el Hijo de Dios que, sin dejar de ser Dios, se ha hecho hombre naciendo de la Virgen María, por obra del Espíritu Santo:
Recuerda la historia: Dios buscaba una madre. La Virgen María estaba en Nazaret. Y le envió un Ángel que le dijo ¿Quieres ser Madre de Dios?
Ella respondió: “Sí”. Lo dijo con esas palabras que rezamos en el Ángelus: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. En ese instante el Hijo de Dios se hizo hombre, en las purísimas entrañas de la Virgen María.
De esto hace nueve meses y Jesús va a nacer en Belén, el día 25 de diciembre. Como es el cumpleaños del mejor Amigo vamos a celebrarlo, con mucha alegría, y haciéndole un regalo de los que le guste de verdad.
Le gustará mucho:
-que le pongamos el Nacimiento en casa, procurando identificarnos con alguna de las figuras allí presentes, que se acerca para verle.
-que prestemos atención a la letra de los villancicos que le cantaremos en estos días.
-como Jesús vive en el Sagrario, y le podemos recibir en cada Misa, felicitarle con nuestras visitas y recibirle, en nosotros mismos, a través de la Comunión frecuente.
Al llegar la Navidad de 1980, el Papa San Juan Pablo II se reunió con más de dos mil niños en una parroquia romana. Y comenzó la catequesis: “¿Cómo os preparáis para la Navidad?” Con la oración, responden los chicos gritando. “Bien, con la oración, pero también con la Confesión. Tenéis que confesaros para acudir después a la Comunión. ¿Lo haréis?” Y los millares de chicos, más fuerte todavía, responden: ¡Lo haremos! “Sí, debéis hacerlo”, les dice san Juan Pablo II. Y en voz más baja: “El Papa también se confesará para recibir dignamente al Niño Dios”.
Feliz Navidad a todos.