(zenit – 24 dic. 2020).- Frente a la gran crisis producida por la pandemia, monseñor Antonio Cañizares, cardenal arzobispo de Valencia, España, ha anunciado que la archidiócesis se desprenderá de bienes patrimoniales para aliviar la necesidad de los más pobres.
El purpurado apunta en su mensaje de Navidad que su felicitación y la de todos “debería ser darnos amor, señal de que Dios está con nosotros”, ser prueba de que Él “no abandona al hombre, no lo deja en la estacada”.
Verdadera felicitación
Del mismo modo, el cardenal Cañizares ha pedido a todos los religiosos de la Iglesia en Valencia que “hagan lo mismo, se despojen de bienes patrimoniales importantes para darlo a los pobres”, pues, si el Señor “ha dado todo”, “¿por qué no nosotros?”. Esta es, añade, “la felicidad”.
En esta línea, el arzobispo asegura que “la felicitación mejor y más auténticamente navideña” para dar a los demás, sobre todo en esta crisis sanitaria, es “llevar a todos en obras, gestos y palabras, que Dios está con nosotros, especialmente con los que sufren y están heridos de múltiples maneras. El testimonio vivo es que Dios ha querido nacer pobre entre los más pobres, sus preferidos”.
Denuncia a la ley de eutanasia
El prelado ha recordado la “ley reguladora de un derecho inexistente” que es la eutanasia, recientemente aprobada en España, y ha destacado que más allá de la tristeza, la desolación, las graves preocupaciones y los sufrimientos por esta aprobación y la pandemia, “hemos conocido el amor en que Dios ha enviado a su hijo al mundo para que el mundo reconozca ese amor, de unos a otros. Ahí está Dios, todo Amor, esa es la Navidad”.
Apoyando este argumento, ha señalado que Él no ha excluido a nadie, “está por y con los débiles, vulnerables”, ya no “es posible un hombre aislado” en sus “egoísmos” propios, pues Dios “nos ha salvado en Jesús”. El amor del altísimo, insiste, “es más poderoso” que la debilidad y maldad humanas, y triunfa frente a los “criterios del mundo” y los que “se creen poderosos y sabios”.
Esperanza al servicio
El purpurado valenciano apela a la sabiduría de Dios para abrir “caminos de encuentro (…) de paz y de justicia, de fraternidad y alegría, de vida” con Él, y entre la gente y el Evangelio, para recorrer así “sendas de esperanza, que nos acerquen a una humanidad nueva” de personas al servicio de los débiles, “una nueva civilización del amor”.
Igualmente, ha deseado “todo lo mejor” para estas fiestas, “que sea realmente una Navidad, aun en medio del dolor y del sufrimiento que compartimos, una Navidad de esperanza”: cómo no tener esperanza “ante un Dios que nace, que se hace débil”, concluye.