(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 15.11.2021).- El sábado 13 de noviembre se entregó, de forma presencial en la Sala Clementina del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, el Premio Ratzinger para los ganadores tanto de 2020 (Profr. Jean-Luc Marion e la Profa. Tracey Rowland) como los de 2021 (Profa. Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz y el profr. Ludger Schwienhorst-Schönberger).
Por la tarde del mismo sábado 13 de noviembre, el Papa emérito recibió a los ganadores en el Monasterio Mater Ecclesiae durante casi una hora. Les acompañaron Mons. Georg Gänswein, secretario privado de Benedicto XVI, y el P. Federico Lombardi, presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. Los profesores Marion, Rowland, Gerl-Falkovitz y Schwienhorst-Schönberger pudieron contar brevemente el argumento de sus obras.
Durante el discurso del Papa Francisco en la ceremonia de premiación tuvo el detalle de tener una cariñosa referencia al Papa emérito. Estas fueron sus palabras:
Este premio se concede con razón en nombre de mi predecesor. Es, por tanto, una oportunidad para que, junto con ustedes, le dirijamos una vez más nuestros pensamientos afectuosos, agradecidos y de admiración.
Hace unos meses dimos gracias al Señor junto a él, con motivo del 70 aniversario de su ordenación sacerdotal; y sentimos que nos acompaña en la oración, manteniendo su mirada constantemente fija en el horizonte de Dios. Basta con mirarlo para darse cuenta de ello. Hoy le damos las gracias, en particular, porque fue también un ejemplo de dedicación apasionada al estudio, a la investigación, a la comunicación escrita y oral; y porque siempre unió plena y armoniosamente su investigación cultural con su fe y su servicio a la Iglesia.
No olvidemos que Benedicto XVI siguió estudiando y escribiendo hasta el final de su pontificado. Hace unos diez años, mientras cumplía con sus responsabilidades gubernamentales, se ocupó de completar su trilogía sobre Jesús y nos dejó así un testimonio personal único de su constante búsqueda del rostro del Señor. Es la búsqueda más importante de todas, que luego continuó en la oración. Nos sentimos inspirados y animados por ella, y le aseguramos nuestro recuerdo al Señor y nuestras oraciones.
Como sabemos, las palabras de la Tercera Carta de Juan: «cooperatores veritatis» son el lema que eligió cuando se convirtió en arzobispo de Munich. Expresan el hilo conductor de las diferentes etapas de su vida, desde sus estudios hasta su enseñanza académica, pasando por su ministerio episcopal, su servicio a la Doctrina de la Fe -al que fue llamado por San Juan Pablo II hace 40 años- hasta su Pontificado, caracterizado por un magisterio luminoso y un amor indefectible por la Verdad. Por ello, Cooperatores Veritatis es también el lema que destaca en el diploma entregado a los premiados, para que siga inspirando su compromiso.
Traducción del original realizado por P. Jorge Enrique Mújica, LC