Por: Lim Kym
(ZENIT Noticias / Pekín, 07.12.2021).- En el contexto de una conferencia sobre el tema del trabajo, el presidente comunista chino Xi Jinping marcó los parámetros que su gobierno entiende como “libertad religiosa” para china.
Según Jinping, el gobierno es el que debe dar las orientaciones activas a las religiones para que estas se adapten a la sociedad china. En este sentido, el líder comunista hizo énfasis en la necesidad de legislar todavía más los asuntos religiosos en el país, esto, según el presidente comunista, para “reunir y guiar mejor a los creyentes religiosos”.
Desde hace tiempo el Partido Comunistas Chino, único partido del país y en consecuencia el único que permanentemente gana las elecciones fingidas, ha venido realizando una labor de interferencia en los asuntos privados de las diferentes confesiones religiosas. Parte de este trabajo ha sido el convertirlas en “religiones chinas”, de hecho, bajo el control y supervisión del gobierno, lo que conlleva considerar a las personas buenos practicantes en la medida en que son dóciles al régimen comunista.
En las declaraciones de Xi Jinping este habló también de que las religiones no deben interferir en asuntos educativos, judiciales o administrativos y que los parámetros que éstas tengan serán marcados por el Partido y/o e gobierno.
Apenas en mayor de este año el gobierno introducía más restricciones en materia de libertad religiosa. Algunas de ellas rayaban en el ridículo pues incluían, por ejemplo, que el gobierno decide en quién se “reencarna” Buda.