(ZENIT Noticias / Roma, 21.02.2023).- Mientras en varias partes del mundo el catártico carnaval colorido alegra sectores de la sociedad, los católicos de rito latino iniciaremos la cuaresma este miércoles, recordando que polvo somos y al polvo volveremos.
Al respecto, el Papa Francisco en su mensaje para estos cuarenta días ha elegido el tema: «Ascesis cuaresmal, un camino sinodal». El texto fue presentado la semana pasada y recuerda que es necesario ponerse en camino: «un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña».
Los mensajes pontificios para ciertas ocasiones son una tradición iniciada, en su mayoría, después del Concilio Vaticano II. De hecho, el 27 de febrero 1963, miércoles de ceniza, Juan XXIII se dirigía a todos los fieles del mundo a través de un radio-mensaje indicando: «Aquí estamos en cuaresma. La primera cuaresma después del comienzo del Concilio. Es el momento más adecuado para avanzar en la adquisición de la virtud, y especialmente en el ejercicio de la caridad hacia Dios y hacia los hombres».
Este año Francisco retomará la tradición de celebrar el Miércoles de Ceniza en el Aventino (una de las siete colinas de Roma), y lo hará con una procesión penitencial hacia la basílica Santa Sabina.
Por otro lado, entre las numerosas actividades que se tienen en el Vaticano, y en las que Sumo Pontífice interviene, destacamos el Congreso Internacional sobre la corresponsabilidad de los laicos en la misión de la Iglesia, la iniciativa de tinte sinodal fue organizada del 16 al 18 de febrero, por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida con el título «Pastores y fieles laicos llamados a caminar juntos». El evento culminó con la audiencia papal, y Francisco exhortó a que los laicos y pastores caminen juntos, en la Iglesia y en el mundo.
La semana pasada, en la diócesis de Roma, fue noticia la publicación de la Comisión Independiente de Vigilancia, que será un órgano de control interno del Vicariato de Roma; tendrá competencias jurídicas civiles y canónicas, además de financieras y administrativas. De esta manera, se puede decir que el Obispo de Roma ha reformado su vicariato y las funciones de su cardenal vicario.
Terminamos nuestra crónica vaticana semanal, haciendo eco de las voces de denuncia que muchos episcopados, instituciones eclesiales y sociales, han elevado ante la opinión internacional, denunciando el avasallamiento a la libertad y dignidad humana de nuestros hermanos nicaragüenses. Allí, el régimen totalitario declara enemigos de la patria a quienes piensan distinto, quitándoles la nacionalidad y confiscando sus bienes. Los obispos Rolando Álvarez, actualmente en una cárcel de alta seguridad, y Silvio Báez, en el exilio desde hace tres años, lo están viviendo en piel propia.
Ariel Beramendi es sacerdote y comunicador. Vive en Roma.