(ZENIT Noticias / Fresno, 11.06.2024).- La diócesis de Fresno, en California, se declaró en bancarrota por una legislación que eliminó el estatuto de limitaciones en casos relacionados con abuso sexual infantil por un período de tres años. Es la sexta diócesis de California que asume esta situación.
El obispo de Fresno, Joseph Brennan, anunció en una carta el 28 de mayo: «Declararnos en bancarrota bajo el Capítulo 11 nos permitirá abordar el número sustancial de reclamos presentados por las víctimas colectivamente y nos permitirá abordar esos reclamos de manera honesta, compasiva y equitativa».
La diócesis californiana se declara en bancarrota tras enfrentar 154 demandas por abuso sexual infantil. El obispo dijo que la decisión permite asegurar el manejo de los reclamos a la diócesis en modo equitativo. Presentará la petición de bancarrota en agosto: así garantiza a todas las víctimas recibir una compensación justa sin que los fondos se agoten con el pago de los primeros casos.
Otro beneficio es que el trabajo de las escuelas, parroquias y organizaciones diocesanas continue, pues la única entidad que se declara en bancarrota es legalmente el Obispo Católico Romano de Fresno.
El servicio de Caridades Católicas de la diócesis y la Corporación de Educación de la Diócesis de Fresno, que opera las escuelas diocesanas, son entidades legales o eclesiales separadas, y no se declararán en bancarrota, dijo monseñor Joseph Brennan.
La llamada ley retrospectiva promulgada en todo el país ha llevado a la declaración en bancarrota a varias diócesis para enfrentar las demandas en su contra. La Arquidiócesis de San Francisco y las Diócesis de Sacramento, Oakland, San Diego y Santa Rosa de California han recurrido a este paso legal en los últimos años. Otras diócesis de California no han recurrido a la declaración.
La Diócesis de Fresno ha recibido 154 demandas por la ley AB 218, promulgada en octubre de 2019, una ley que eliminó el plazo de prescripción de cualquier denuncia por abuso sexual de un menor durante tres años, desde el 1 de enero de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2022.
El obispo Brennan declaró: «Lo que estamos enfrentando nos da la oportunidad de redoblar nuestros esfuerzos para crear un ambiente seguro para todos dentro y fuera de la Iglesia, y abordar problemas reales para expiar el pecado del abuso del clero contra los niños».
También dijo que el compromiso de la diócesis para proteger a los jóvenes continuará en esfuerzo continuo como «máxima prioridad» para la Iglesia local. «Las víctimas de abuso soportan toda una vida de dolor y nosotros, como católicos, debemos comprometernos a una vida de expiación.
«Cuando escucho cuántas vidas se vieron afectadas por el abuso sexual del clero, mi corazón realmente se rompe. Me imagino que muchos de ustedes están consternados por la noticia de nuestra grave situación financiera, pero les pido que dejen de lado su angustia y vuelvan sus corazones hacia las víctimas de abuso».
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