Monseñor Sviatoslav Shevchuk, metropolita de Kiev y arzobispo mayor de la Iglesia ucraniana ha sido entrevistado por ZENIT durante su estancia en Roma para participar en la Asamblea Plenaria de la Congregación de las Iglesias Orientales. En la entrevista, monseñor Shevchuk habla de sus grandes y concretas esperanzas por el ecumenismo y por la paz bajo el pontificado del papa Francisco.
Shevchuk conoce bien al papa Francisco, porque del 2009 al 2011 fue obispo de la eparquía de Santa María del Patrocinio en Buenos Aires, cuando el cardenal Bergoglio era arzobispo de la principal diócesis argentina.
¿Qué importancia tiene el encuentro del papa con el presidente ruso Vladimir Putin en el contexto del renacimiento de una Europa cristiana y de la paz en el mundo?
— Mons. Shevchuk: Ha sido un momento muy importante, encuentros como estos hacen caer los muros de la división y abren los corazones. Hace casi 25 años, el entonces presidente soviético Michail Gorbaciov se reunió con Juan Pablo II y esto fue un signo decisivo en nuestra iglesia, haciéndola salir de la clandestinidad: fue un encuentro que abrió las puertas a la libertad religiosa. El encuentro del papa con el presidente Putin es realmente muy significativo no solo con el fin de una apertura de los corazones y de las mentes de los ortodoxos hacia el mundo occidental católico sino también porque contribuye a una mutua cooperación por una Europa cristiana. No solo la Iglesia ortodoxa rusa apoya los valores cristianos, especialmente en el campo de la familia y del matrimonio, sino que, junto al santo padre, está colaborando mucho por la paz en Siria: esto es un dato muy importante porque en Siria hay tanto católicos como ortodoxos. Es un paso muy alentador, por tanto, esperamos que se siga en el futuro.
¿Cómo se vive el ecumenismo en Ucrania?
— Mons. Shevchuk: ¡La bella noticia es que hay ecumenismo! La palabra es conocida, aunque no siempre es percibida de forma positiva por todos los cristianos, sin embargo, el deseo de unidad de los cristianos nace de abajo, la gente desea esta unidad, está cansada de divisiones. Hemos cumplido pasos significativos desde la caída del comunismo: hemos pasado de las divisiones a la coexistencia pacífica, luego gradualmente hacia la colaboración. Ahora debemos comenzar el camino de un testimonio común de valores cristianos en nuestra sociedad. Tratamos de no ofender a los cristianos de otras confesiones en su sensibilidad y estar unidos en lo que podemos, especialmente en la acción en el ámbito social.
Hace un año participó en el Sínodo de los obispos para la Nueva Evangelización. ¿Qué opina de la exhortación apostólica Evangelii gaudium?
— Mons. Shevchuk: Creo que el papa está hablando de una Iglesia viva no atrapada por formalismo esteriotipados sino por testigos de su autenticidad. Uno de los capítulos más significativos es el de la homilía: el santo padre explica que la homilía es el momento del diálogo de Dios con su pueblo, es un mensaje que el sacerdote no debe transmitir en su nombre. El sacerdote que habla en el nombre de Dios y que anuncia la palabra de Dios, está representado al Señor que habla al corazón de sus fieles. Debemos redescubrir este diálogo viviente entre Dios y el hombre, por medio de la celebración litúrgica.
Texto traducido y adaptado por Rocío Lancho