No existe una receta única que resuelva el problema de la pobreza y el hambre en el mundo. Todos tienen que participar porque los pobres no pueden esperar. Este es el concepto que expresó ayer martes el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor José Luis Azuaje en rueda de prensa, sobre los temas de la Conferencia Regional de Cáritas de América Latina y el Caribe, que se realiza en Venezuela hasta el domingo 16 de junio.
La cumbre de Cáritas, convoca a 20 delegaciones para discutir el sobre el tema de la pobreza y ofrecer soluciones para su erradicación. “Los pobres no pueden esperar. El derecho a una alimentación adecuada es fundamental” indicó monseñor Azuaje y enfatizó que en los días de hoy “es necesario trabajar en alianzas, dialogar, proponer, compartir, cooperar”.
Aseveró que “todos los sectores” que conforman la sociedad son necesarios para resolver el tema de la pobreza y “ninguno debe ser excluido”.
Los periodistas presentes centraron el problema más en Venezuela, debido a la situación de desabastecimiento que se vive en el país. Monseñor Azuaje reconoció que “incluso para reunir a las delegaciones en la sede de la CEV, fue difícil encontrar los alimentos para los invitados”, indicó el diario El Nacional.
Volviendo al tema de la pobreza y el hambre a nivel latinamericano, la Secretaría de Cáritas Guatemala informó a la agencia Fides que la reunión tiene como objetivo “mejorar y valorar la eficacia y la eficiencia de nuestros procedimientos; revisar los avances en las áreas de servicio de la caridad y fortalecer la comunión y las alianzas que surgen en nuestras organizaciones”.
En la web de Caritas América Latina y Caribe, se indica: “En nuestra reflexión hemos constatado algunas tendencias que se encuentran en nuestra realidad: la pobreza y la inequidad en nuestros países; sugestivos intentos de integración de la región en lo político y económico; nuevos actores sociales y políticos y su acción pragmática; tendencia socialista (izquierda) de nuevos gobiernos de la Región en algunos países; el surgimiento de nuevos referentes religiosos en la región”.
Además se constató la existencia de elementos positivos, como el “servicio humilde propuesto por el papa Francisco a la Iglesia; Ir a la periferia siendo Cáritas la caricia de la Iglesia con los pobres; el Año de la Fe, con la propuesta que nuestras Cáritas sean más evangelizadoras, así como la petición de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe a través del Documento de Aparecida”.
Y precisa: “Por eso la Iglesia Católica a través de las Caritas Internationalis ha preparado la Campaña Mundial contra el hambre y la pobreza, desde una familia humana y solidaria.
“Esperamos –concluye el comunicado- que los gobiernos, los entes privados, las ONG muy necesarias en el actuar de servicio a la caridad en nuestros países, los distintos credos, nos unamos para caminar en una sola dirección que permita minimizar el flagelo del hambre y la pobreza en el mundo entero».