JERUSALÉN, lunes 30 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).-En una declaración con motivo del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, que se celebró el 29 de noviembre, Cáritas Jerusalén apela a «los gobiernos y a la comunidad internacional a dar pasos concretos que lleven a la paz y estabilidad en esta Tierra».
Asimismo exhorta a trabajar «por el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, de la legalidad internacional y de la IV Convención de Ginebra, de forma que el anhelo de un Estado palestino viable y soberano no sea solo un sueño, sino que conlleve una esperanza verdadera de hacerse realidad».
Cáritas Jerusalén recuerda que «la situación que se deteriora día a día en Gaza y Cisjordania exige acciones inmediatas, tanto en el terreno como a nivel de la comunidad internacional, ya que nada puede justificar el constante y continuo sufrimiento de hombres, mujeres y niños inocentes».
«Ya es hora para la paz entre israelíes y palestinos. Creemos –se afirma en la nota– que poner fin a la ocupación y al conflicto para permitir a dos Estados vivan lado a lado es tener una visión de paz, justicia y reconciliación entre los dos pueblos de Tierra Santa, y es aún posible a pesar de la desesperación y la desesperanza».
Precarias condiciones de los territorios palestinos
Con motivo del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, Cáritas denuncia «el desplazamiento de miles de familias palestinas», que durante más de seis décadas han sido despojadas «de su derecho inalienable a la autodeterminación y que el Estado palestino aún no haya visto la luz». Al mismo tiempo, lamenta que en todo este tiempo «el sufrimiento y el dolor del pueblo palestino, y numerosos esfuerzos políticos y otras iniciativas, hayan quedado en el olvido, mientras la situación en los Territorios Palestinos sigue siendo preocupante».
Cáritas Jerusalén, al tiempo que condena las serias limitaciones impuestas diariamente por Israel a través «del muro de separación con más de 500 controles militares y otras barreras físicas, que continúan fragmentando la sociedad palestina, a nivel territorial, económico, social y político».
Es una situación que, asegura Cáritas, «no sólo constituye una flagrante violación del derecho internacional sino que representan también un gran obstáculo para conseguir la paz y la reconciliación».
«Nos podemos preguntar –se interrogan desde Cáritas Jerusalén– cómo puede existir un proceso de paz cuando el tejido de vida diaria está totalmente destruido. ¿Dónde pueden los palestinos, entre sus agotados recursos, encontrar la motivación para un diálogo que permita encontrar nuevos caminos hacia la paz?».
«Estamos seguros de que la paz es posible y por ello rezamos al Dios de todos para que nos traiga paz, justicia y reconciliación a todos sus hijos en Tierra Santa», concluye la nota.
