BANGALORE / FAISALABAD, domingo, 13 septiembre 2009 (ZENIT.org).- Un grupo de unos veinte violentos destrozó, durante la noche del 9 al 10 de septiembre, varias vidrieras y dos estatuas de san Juan y de la Virgen, en la iglesia de San Francisco de Sales de Hebbagudi, cerca de Bangalore (la India), según recoge la agencia Asianews.
El ataque sucede un año después de la violencia en los estados de Orissa y Karnataka, cuyas heridas aún no se han cerrado. En lo que va de año, se han producido una veintena de ataques anticristianos.
Según el informe oficial sobre los hechos, una veintena de jóvenes extremistas destrozó dos estatuas de un grupo escultórico del Vía Crucis, y destrozaron cuarenta ventanas con bates y hachas. También intentaron incendiar un vehículo aparcado a la puerta de la parroquia.
Este enésimo ataque ha provocado una gran preocupación entre los cristianos de la zona, a pesar de las promesas del Gobernador de Karnataka, B.S. Yeddyurappa, nacionalista indio, ha insistido en su voluntad de proteger a la minoría cristiana.
Para el Consejo Global de los Cristianos Indios, «la violencia y la intimidación contra la minoría cristiana continua, y los criminales son incluso más arrogantes que nunca, porque no se les persigue».
Tensión en el Punjab
También en Paquistán, un mes después de los sangrientos ataques anticristianos en el Punjab, la tensión en la zona sigue creciendo, a pesar de los esfuerzos de la Iglesia por sensibilizar al país ante la protección de las minorías.
L’Osservatore Romano recoge, en su edición de hoy, un reportaje del Pakistan christian post, en el que advierte que en los últimos días se suceden las provocaciones contra los cristianos de Gojra y Koriyan, en algunos casos, invocando la ley antiblasfemia.
Según publica este periódico, una asociación islámica habría acusado al director de la comisión diocesana para el diálogo interreligioso, padre Aftab James Paul, y a otras tres personas, dos de ellas sacerdotes, de proporcionar armas a un joven para que matara musulmanes.
Esta asociación exige el arresto del sacerdote, de lo contrario amenazan con nuevas acciones de violencia.
El pasado 9 de septiembre, precisamente, la comunidad cristiana de Faisalabad celebraba una misa, de la que se hace eco Asianews, en recuerdo de las siete personas asesinadas el mes pasado en Gojra.
La comunidad cristiana celebra como «mártires» a las siete personas, entre ellas tres mujeres y dos niños, que fueron quemados vivos entre el 1 y el 3 de agosto, durante los ataques a los cristianos de Gojra y Koriyan. Más de veinte personas resultaron heridas y cientos de casas fueron destruidas.
El padre Yaqoob Yousaf, director del Centro Diocesano de Catequesis, admiró durante la misa «el valor de la gente de Gojra», que «sacrificó su vida por dar testimonio de la fe cristiana».
En estas semanas, las diócesis paquistaníes están llevando a cabo misas y encuentros de oración para recordar a los muertos y a las minorías perseguidas por su fe.