BAGDAD, viernes, 10 julio 2009 (ZENIT.org).- Dos obispos iraquíes afirman que la situación en Irak «parece mejorar» aunque restan episodios de violencia por parte de «elementos que no quieren la estabilidad del país». Se vive en «un clima de expectación», con el miedo de que la situación pueda empeorar, aunque la retirada de las tropas estadounidenses no ha traído el temido caos.
Lo han afirmado a la agencia AsiaNews el arzobispo caldeo de Kirkuk Louis Sako y el obispo auxiliar de Bagdad Sleimon Warduni que mañana celebra la primera comunión de 19 niños de la capital.
Este 9 de julio, una serie de atentados golpeó a Irak, en el ataque más sangriento desde la retirada de las tropas estadounidenses el 30 de junio pasado. El primer balance habla de al menos 40 muertos y 80 heridos.
«La situación en general ha mejorado –afirma monseñor Sleimon Warduni–, porque los atentados han disminuido, aunque restan episodios aislados de violencia».
El prelado subraya «el deseo común de paz», pero quedan «elementos externos» ligados a naciones extranjeras que buscan «desestabilizar el país».
El prelado habla de «situación complicada» en la que es posible perseguir el objetivo común de la seguridad «con la buena voluntad de todos»; pero existen «divisiones étnicas, religiosas, confesionales y políticas que no ayudan y son causa de problemas».
Según el obispo auxiliar de Bagdad, los atentados son «hechos aislados» pero no faltan «contactos con realidades más grandes» que los organizan y promueven.
«Nosotros queremos reafirmar la identidad iraquí –añade– que es la única vía a través de la cual se puede lograr la paz en el país».
Como prueba de un clima de esperanza, está la celebración de las primeras comuniones, este viernes, en la parroquia de Santa María del Sagrado Corazón en Bagdad.
Por su parte, monseñor Louis Sako, arzobispo caldeo de Kirkuk, confirma un «clima general de tranquilidad», pero que es pronto para comprender «si ha habido cambios y cómo son ha con la retirada de las tropas estadounidenses».
Respecto a los atentados de este jueves, el prelado habla de «casos de violencia manipulados a nivel político», con una especial referencia a Mosul, zona mixta en la que hay una presencia de turkmenos, kurdos, árabes y cristianos.
«Los hechos violentos –comenta– sirven para alimentar un clima de miedo y son un intento de dominar sobre los otros».
El arzobispo de Kirkuk subraya el esfuerzo del Gobierno por «demostrar competencia» en el relevo del ejército estadounidense pero no escatima críticas a la falta de madurez política de la clase dirigente.
En Kirkuk habrá elecciones provinciales, pero los candidatos «hacen propaganda» y no presentan «programas claros, una línea y una agenda política, planes futuros para la gente».
«Las elecciones son una experiencia nueva para la gente –concluye el prelado– pero entre los políticos domina la ideología ligada al partido».
Por Nieves San Martín