CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 30 julio 2008 (ZENIT.org).- El acceso de mujeres al episcopado significará un «paso atrás» para el diálogo entre católicos y anglicanos, ha advertido el cardenal Walter Kasper al tomar la palabra este miércoles en la Conferencia de Lambeth de la Comunión Anglicana.
El presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, según la transcripción de su intervención en italiano que publicará la edición de este jueves de «L’Osservatore Romano», comenzó transmitiendo la cercanía del Papa Benedicto XVI.
El purpurado reconoció: «sé que muchos estáis preocupados, algunos profundamente, por la amenaza de fragmentación en el seno de Comunión Anglicana. Somos profundamente solidarios con vosotros».
«Nuestro gran deseo es que la Comunión Anglicana esté unida, arraigada en esa fe histórica que nuestro diálogo y nuestra relaciones, en el curso de cuatro décadas, nos han llevado a creer que es compartida ampliamente».
Dos motivos de división
En este contexto, el purpurado alemán afrontó «dos cuestiones que están en el centro de las tensiones en el seno de la Comunión Anglicana y de sus relaciones con la Iglesia católica: la ordenación de las mujeres y la sexualidad humana».
Por lo que se refiere a la segunda cuestión, en particular la homosexualidad, el cardenal hizo esta petición a los obispos anglicanos: «A la luz de las tensiones de los años pasados en este sentido, una declaración clara por parte de la Comunión Anglicana nos ofrecería mayores posibilidades para ofrecer un testimonio común de la sexualidad humana y del matrimonio, un testimonio dolorosamente necesario para el mundo de hoy».
Por lo que se refiere a la ordenación de las mujeres al sacerdocio y al episcopado, el cardenal Kasper afirmó: «tengo que ser claro a propósito de la nueva situación que se ha creado en nuestras relaciones ecuménicas».
«Si bien nuestro diálogo ha producido un acuerdo significativo sobre la idea de sacerdocio, la ordenación de las mujeres al episcopado bloquea sustancial y definitivamente un posible reconocimiento de las ordenaciones anglicanas por parte de la Iglesia católica», aclaró.
Impedimento a la comunión plena
«Deseamos la continuación de un diálogo teológico entre la Comunión Anglicana y la Iglesia católica –aseguró–, pero este último paso mina nuestro objetivo y altera el nivel de lo que perseguimos con el diálogo».
«Ahora parece que la plena comunión visible, como objetivo de nuestro diálogo, ha dado un paso atrás, que nuestro diálogo tendrá objetivos menos definitivos, y que por tanto su carácter quedará alterado», consideró.
«Si bien este diálogo puede producir todavía buenos resultados, no será apoyado por el dinamismo que se desprende de la posibilidad realista de la unidad que Cristo exige de nosotros o de la participación común en la mesa del único Señor, que anhelamos con tanto ardor», concluyó.