ROMA, lunes, 10 diciembre 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, en Honduras, define la Lectio Divina, es decir, la lectura meditada de la Sagrada Escritura, como «el GPS espiritual».
Lo ha evocado en una conversación mantenida con Zenit Ricardo Grozna, el promotor de www.lectionautas.com, un método de lectura bíblica a través de Internet que está logando mucho consenso en América Latina y en otras zonas, pues ya ha alcanzado 50 mil usuarios.
«Definir la Lectio Divina como un GPS (Global Position System o Sistema de Posicionamento Global, ndr.), es ver en ella un posicionador satelital que nos dice en qué posición estamos, como la brújula, que nos indica el camino a seguir», explica Grozna.
«De hecho, si el cardenal Maradiaga se ha referido a la Lectio Divina como «GPS», el Papa ha definido a la Biblia como una «brújula para la vida»», subraya.
Lectionautas nació como un programa para jóvenes para acercarles a la Lectio Divina a través de Internet.
Ricardo Grzona, consultor católico de las Sociedades Bíblicas Unidas, manifiesta que el objetivo del programa, que han presentado en Roma a varios miembros de la curia, consiste en «capacitar a jóvenes líderes católicos para que enseñen a otros jóvenes a leer la Biblia con el método de oración contemplativa tradicional, Lectio Divina».
Este laico consagrado, argentino y residente en Miami, explica a Zenit en la sede de las Sociedades Bíblicas en Italia que la Sagrada Escritura «es un libro que lee mi vida y la Biblia termina siendo como un espejo donde me ayuda, me enseña a buscar un camino».
Grzona, que también es presidente de la Fundación Ramón Pané, subraya que «durante años, el Papa Juan Pablo II y luego Benedicto XVI insistieron mucho en que la Lectio Divina, que era un método de oración monacal, de los monjes, pudiera llegar a todos los cristianos».
El programa de la Lectio Divina por Internet consiste en ofrecer al usuario los textos y los audios en MP3 para facilitar su uso. Los usuarios son sobre todo jóvenes que descargan el audio a su teléfono móvil.
«La Iglesia en estos momentos está tomando todos los programas de lectura bíblica como prioritarios –expone Grozna– especialmente en nuestra experiencia de América Latina».
«Los católicos han tardado un poco en redescubrir la Biblia, pero la Biblia siempre ha estado presente en la Iglesia. No podemos negar que, por ejemplo, cuando se celebra un sacramento siempre se ha leído la Biblia», afirma, y añade: «Yo no leo la Biblia, es la Biblia la que me lee a mí».
«Recibimos a través de este servicio de Lectionautas cientos de mensajes de correo electrónico de los jóvenes donde nos dicen cómo están cambiando sus vidas a través del seguimiento de la lectura orante».
El método también es ecuménico: «La Lectio Divina también ha sido un punto de avance en el diálogo con los demás hermanos cristianos», explica este promotor que viaja constantemente explicando a conferencias episcopales, diócesis y parroquias esta metodología por Internet.
Y además sirve como apostolado social: «En algún país, los jóvenes de las parroquias están utilizando el método de la Lectio Divina para llegar a los jóvenes marginales; aquellos que están en barrios muy pobres, aquellos que han sido víctimas de la droga, de la violencia, de las pandillas, de las maras, o como se llamen en los distintos países», revela Grozna.
El ingeniero Hugo Flores, gerente de Lectio Divina para jóvenes también ha estado en Roma para presentar el programa y ha revelado a Zenit que los más de 50 mil leccionautas están sobre todo en América Latina, Filipinas, Holanda, Italia, España, Francia y Taiwán.
¿Qué piensan los teólogos y biblistas de esta iniciativa? «Lo mejor», responde tajantemente Hugo Flores: «Han tomando la Lectio Divina como un punto para ayudarles a ellos a poder evangelizar y llevar la palabra del Señor a más grupos. Cardenales, obispos, sacerdotes… están fascinados con esta novedad, esta nueva forma de evangelizar a través de Internet».
El éxito de este programa de Lectio Divina en línea reside en haber unido tres conceptos característicos del mundo actual, revela Flores: «globalización, nuevas tecnologías y la Palabra del Señor».
Por Miriam Díez i Bosch