En un discurso a los jueces y abogados de la Rota Romana, el Papa invitó este lunes a los abogados a «declinar siempre el uso de su profesión para una finalidad contraria a la justicia, como es el divorcio».
Poco antes de comenzar la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, monseñor Asenjo expresó su «comunión sin fisuras y sin restricciones mentales con el Santo Padre».
«Ciertamente el divorcio es una cosa ya casi cotidiana. A pesar de esa cotidianidad, el divorcio sigue siendo un mal social que afecta y daña un bien social que es la indisolubilidad del matrimonio», afirmó.