BARCELONA, viernes, 1 diciembre 2006 (ZENIT.org).- La medicina ha determinado ya que no hay contagio de sida por hablar o dar la mano a un enfermo de sida. Lo recuerda el doctor Josep Maria Simón Castellvi, presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas.
El doctor Castellvi considera que muchas personas discriminan a los enfermos de sida «por un miedo irracional».
Benedicto XVI pidió a los participantes en la Conferencia internacional organizada por el Consejo pontificio para la Pastoral de la Salud, el 24 de noviembre de 2006, que todos los creyentes manifiesten su amor fraterno a estos enfermos.
Hoy día 1 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día Mundial contra el Sida.
–El Papa acaba de pedir que no se discrimine a los enfermos de sida. ¿Significa esto que hay cristianos que los discriminan?
–Doctor Simon: En efecto, el Papa, dirigiéndose a los asistentes al reciente congreso sobre la pastoral de las enfermedades infecciosas, pidió que no se discriminase a los enfermos de sida.
Yo creo que muchas personas los discriminan por un miedo irracional. Es cierto que siempre se tienen que poner las medidas, adecuadas a cada tipo de patología, para hacer frente al contagio en las enfermedades infecciosas.
Sin embargo, la medicina ya ha determinado que uno no se contagia de sida por hablar, dar la mano o simplemente compartir autobús con uno de estos enfermos. ¡No podemos dejarles sin acompañamiento!
–¿Le parece que existe una cierta obsesión con el tema del preservativo como solución al sida, sin mirar la cuestión globalmente?
–Doctor Simon: Siempre insisto en ver la medicina como un todo armónico. No se puede focalizar un problema sobre una supuesta solución única.
Siempre son mejores las propuestas de «riesgo cero» (fidelidad a un cónyuge no infectado, abstinencia, espera hasta el matrimonio) que las de «disminución de riesgo», como puede ser el preservativo en adultos.
Las primeras propuestas van más con nuestra antropología. La del preservativo, no. Además, en adolescentes representa un aumento real del riesgo por la sensación de falsa seguridad que producen.
–Un 25 % de los enfermos de sida son atendidos por instituciones de Iglesia. ¿Se conoce, este compromiso eclesial contra el sida?
–Doctor Simon: Allí donde la medicina no es negocio, como en el África subsahariana, está la Iglesia con su cariño y profesionalidad tratando a los enfermos y atendiendo a los huérfanos del sida y a otros afectados.
–¿Cuál es la respuesta de la Iglesia ante esta pandemia?
–Doctor Simon: La Iglesia confía en Dios y en la medicina. Ella ayuda a prevenir, a curar, a paliar, a consolar, a rehabilitar. ¡No olvidemos que Nuestro Señor es verdadero «Christus Medicus»!