CIUDAD DEL VATICANO, 31 enero 2002 (ZENIT.org).- Ignorar la contribución de religión en la educación constituye un «error de perspectiva» y un «mal servicio a la verdad sobre el hombre», constató Juan Pablo II este jueves al visitar una Universidad pública italiana situada en las afueras de Roma.
«Basta mirar a la historia con ojos objetivos para darse cuenta de lo importante que ha sido la religión en la formación de las culturas y cómo ha plasmado con su influjo todo el hábitat humano», constató el pontífice al intervenir en el aula magna de la Universidad Roma 3, ante centenares de alumnos y profesores.
«Ignorar esto o negarlo no representa sólo un error de perspectiva, sino también un mal servicio a la verdad sobre el hombre», añadió el Santo Padre al visitar una de las universidades más jóvenes de Italia, que celebra su décimo año de vida.
La Universidad Roma 3, que en 1992 contaba con 7 mil universitarios, cuenta ahora con 31 mil inscritos.
«¿Por qué tener miedo de abrir el conocimiento a la cultura de la fe?», preguntó el Papa Wojtyla a los presentes, entre quienes se encontraba Letizia Moratti, ministra de Educación del gobierno italiano de Silvio Berlusconi.
«De esta ósmosis [entre fe y cultura], ¿no ha surgido acaso ese humanismo del que justamente se enorgullece nuestra Europa, que hoy día tiene hacia nuevas metas culturales y económicas?».
El pasado 10 de enero Juan Pablo II también había calificado como un «error de perspectiva» el rechazo por parte de la Unión Europea de la contribución de las comunidades de creyentes a la Convención europea, que deberá redactar la futura Constitución del viejo continente.
Por parte de la Iglesia católica, el Santo Padre expresó «el deseo de entablar un diálogo, que esté inspirado sólo por el amor a la verdad y llevado con la oportuna prudencia, sin excluir a nadie: ni siquiera a los que cultivan los bienes esclarecidos del espíritu humano, pero no reconocen todavía al Autor de todos ellos, ni a aquellos que se oponen a la Iglesia».
El pontífice concluyó constatando que la Jornada de oración de los líderes religiosos por la paz de Asís, el pasado 24 de enero, mostró «cómo el auténtico espíritu religioso promueve un diálogo sincero que abre los espíritus a la recíproca comprensión y al entendimiento en el servicio a la causa del hombre».