ROMA, jueves, 22 diciembre 2005 (ZENIT.org).- El responsable de la relación con periodistas internacionales del Opus Dei en Roma, Marc Carroggio, reconoce que «está satisfecho» por el libro el periodista vaticanista John L. Allen acaba de publicar: «Opus Dei, una mirada objetiva detrás de los mitos y la realidad de la fuerza más controvertida en la Iglesia Católica», editado por el momento en inglés («Opus Dei, An Objective Look Behind the Myths and Reality of the Most Controversial Force in the Catholic Church»), portugués y coreano.
Marc Carroggio comenta con Zenit que este es el primer libro que compara desapasionadamente los «mitos» sobre la Obra (nombre con el que se conoce el Opus Dei) y la realidad.
El libro, editado por Doubleday, es un reportaje periodístico, aclara este portavoz, y afirma que «el autor ha comprendido bien la naturaleza del Opus Dei».
En esta entrevista Marc Carroggio desvela la motivación principal de los miembros del Opus Dei: «seguir un ideal espiritual que nos entusiasma» y más allá del mito que envuelve a esta organización constata: «somos gente de carne y hueso, con errores y aciertos».
–Estarán ustedes contentos, este libro desmonta todos los tópicos acerca del Opus Dei.
–Carroggio: He trabajado en la Oficina de información de Roma mientras John L. Allen escribía este libro. No puedo negar que estoy satisfecho, y no me refiero tanto al resultado como al método.
Pienso que el autor aporta muchos datos, después de invertir cientos de horas en recoger informaciones y opiniones de todo género; sitúa los datos en su contexto, de manera que se pueden entender los porqués de muchas actuaciones; ha escuchado todas las campanas y ha tratado con respeto a todos los campaneros; y, por último, deja que el lector llegue libremente a sus propias conclusiones.
Pienso que son cualidades muy apreciables en un libro de este estilo. Los tópicos son obstáculos al diálogo y al debate desapasionado.
En este sentido, cualquier esfuerzo por desmontar falsos clichés es positivo.
Las comparaciones son odiosas, pero no puedo dejar de señalar que el autor del Código Da Vinci no ha estado nunca en un centro del Opus Dei, y que yo sepa no ha hablado nunca con una persona del Opus Dei.
El retrato que pinta de la Obra en el Código existe sólo en su imaginación. Pienso que el trabajo de Allen puede servir para que muchos lectores de esa novela, que no conocen el Opus Dei de primera mano, se den cuenta de que no somos «ni ángeles ni demonios». Somos gente de carne y hueso, con errores y aciertos, con defectos y con deseos de seguir un ideal espiritual que nos entusiasma.
–El autor ha tenido acceso –y lo explica– a documentos que no están al alcance del público. Ha estado en centros del Opus Dei para numerarios, ha entrevistado a decenas de personas de la Obra, se ha imbuido de lo que significa «ser del Opus Dei». Según usted, para comprender mejor el Opus Dei, ¿qué le faltaría?
–Carroggio: Pienso que el autor ha comprendido bien el Opus Dei, la naturaleza de su mensaje, las razones de sus propuestas, la forma de vida de sus fieles: nuestros ideales y también nuestras limitaciones.
Este libro es un reportaje periodístico, no una tesis de teología ni un tratado de historia de la Iglesia. Su enfoque es más bien sociológico, aunque presta gran atención a la dimensión espiritual. El propio autor subraya que su propósito no es explicar de modo exhaustivo el Opus Dei, sino comparar los mitos con la realidad.
En consecuencia, dedica mucho espacio a asuntos que son relativamente secundarios en la vida del Opus Dei, pero que han sido objeto de atención de los medios de comunicación, sobre todo en Estados Unidos.
En ese sentido, cabría decir mucho más sobre la experiencia espiritual que representa pertenecer al Opus Dei y sobre la motivación profunda que lleva a seguir este camino de búsqueda de la santidad en medio del mundo: la conciencia de la propia vocación cristiana, el deseo de imitar a Jesucristo precisamente en el trabajo, la familia y la vida ordinaria.
En una institución de la Iglesia, los aspectos personales, existenciales, son más importantes que los esquemas organizativos o las cuestiones de imagen.
–Para su investigación, John L. Allen ha dado voz también a antiguos miembros del Opus Dei. ¿Le parece que ha dado demasiado espacio a estos testimonios?
–Carroggio: El libro es un reportaje periodístico, no una reflexión sobre cuestiones de principio. Es el resultado de un gran número de entrevistas con personas en diferentes situaciones. En este tipo de trabajos, es el propio periodista quien determina el equilibrio entre las fuentes. Yo respeto su decisión, que me parece del todo legítima.
Personalmente, pienso que el autor explica bien que estas críticas tienen una naturaleza diferente de las que proceden, por así decir, de la fantasía de escritores de novelas. Es fácil demostrar que el Opus Dei no está detrás de las oscuras operaciones de complot que se le atribuyen (me ahorro los ejemplos, para no alargarme).
Pero cuando se trata de una persona que tiene una experiencia negativa, la cuestión cambia. Ante una herida, un dolor, un mal recuerdo, no cabe un desmentido. Ya no estamos ante un problema sólo de verdades y mentiras. Ante una experiencia negativa, es preciso expresar respeto, compartir el dolor, aunque a veces no se comparta la interpretación de los hechos.
Es cierto que los fieles del Opus Dei viven su entrega a Dios con plena libertad, y que esa entrega les ayuda a experimentar la felicidad, una felicidad relativa dentro de lo que es posible en este mundo.
Por eso, la inmensa mayoría de los hombres y mujeres que se acercan a los centros de la Obra guardan afecto de por vida. Pero no siempre es así, y no me parece negativo, al contrario, que un libro como el de John L. Allen se haga eco de esos casos que considero excepcionales.
Cuando el autor preguntó al Prelado por esta cuestión, monseñor Echevarría dijo que a las personas que no se han sentido bien tratadas, les pedimos perdón de todo corazón. Como usted puede comprender, yo no tengo nada que añadir.
–¿Le gustaría una «segunda parte» de este libro?
–Carroggio: Cada libro es único. Ésa es su fuerza, me parece. Aunque el libro de John L. Allen no es sólo un libro sobre controversias, en él pesan mucho las polémicas. En mi opinión, trata las cuestiones controvertidas de modo respetuoso y ofrece datos empíricos más que explicaciones de parte o ideológicas.
Además, el autor hace un esfuerzo por resumir algunos rasgos esenciales del Opus Dei: filiación divina, libertad, santificación del trabajo y de la vida ordinaria, etc.
Me gustaría que un futuro libro desarrollara más estos aspectos, pero precisamente en forma de reportaje periodístico: un libro que consiguiera contar con frescura la experiencia de la vida cristiana en medio del mundo. El recurso admirable que suponen la fe y la oración para la vida ordinaria, también en los trances más difíciles, como la enfermedad física o psíquica, la pérdida del trabajo o la muerte de un ser querido. Hay mucha historia que contar.