El papa Francisco ha vuelto a llamar este sábado a la comunidad de las Madres Carmelitas Descalzas de Lucena. Como en ocasiones anteriores, el Santo Padre ha enviado su cariño, cercanía y recuerdo afectuoso a los habitantes de la citada localidad cordobesa.
Además, el Pontífice ha advertido que “el demonio entra por el bolsillo”, en referencia a la excesiva dependencia monetaria que tiene el mundo actual, según ha referido el vicario episcopal David Aguilera Malagón a un periódico local.
El convento de San José, situado al sur de España, se hizo famoso en todo el mundo el pasado 31 de diciembre de 2014, cuando el Santo Padre dejó un mensaje en el contestador automático de las religiosas de clausura (tres de nacionalidad argentina, una venezolana y una española). Las palabras que el Pontífice dejó en el buzón de voz fueron: “¿Qué estarán haciendo estas monjas que no pueden atender? Soy el papa Francisco y quería saludarlas en este fin de año. Voy a ver si más tarde las puedo llamar. Que Dios les bendiga”.
La relación de Jorge Mario Bergoglio con las tres religiosas argentinas data de cuando el Papa actual era arzobispo de Buenos Aires. “Siempre llamaba al convento pidiendo oraciones y se interesaba por nosotras, aunque nunca hubo un trato directo y personal”, explicó en su momento la superiora de origen argentino, sor Adriana de Jesús Crucificado. A pesar de ello, surgió una amistad que se ha mantenido con el paso del tiempo a través del teléfono, cartas y felicitaciones con motivo de la Navidad.
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El Papa llama de nuevo a las Carmelitas Descalzas de Lucena
Durante su conversación telefónica, el Santo Padre advierte que “el demonio entra por el bolsillo”, en referencia a la excesiva dependencia monetaria que tiene el mundo actual