(ZENIT – Roma).- Los obispos de México se han pronunciado respecto al anuncio que realizó el presidente Enrique Peña Nieto este martes 17 de mayo a través de la red social Twitter, en donde indica que ha firmado “iniciativas de reforma para impulsar que el matrimonio igualitario quede plasmado en la Constitución y en el Código Civil Federal”.
De este modo, la Conferencia Episcopal de México asegura, en un comunicado publicado también este martes, que valoran “todas las propuestas y acciones que promuevan el reconocimiento y protección de los derechos de todos y el deber que cada persona tiene de respetar la dignidad de los demás”.
Pero, precisan que “en una sociedad en la que ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad”. Asimismo reconocen “la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio”.
Reconociendo la prioridad de evitar toda discriminación, consideran que “ante las iniciativas dadas a conocer y que dan comienzo a todo un proceso legislativo y democrático, es necesario estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevan”.
Los prelados mexicanos reiteran que “toda persona, independientemente de su orientación sexual, ha de ser respetada en su dignidad y tratada con compasión y delicadeza, procurando evitar todo signo de discriminación injusta, y particularmente cualquier forma de agresión y violencia”.
Por lo que se refiere a las familias –añaden en el comunicado citando la exhortación papal Amoris Laetitia— se debe tratar de asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que aquellos que manifiestan una orientación sexual distinta puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida.
Asimismo, los obispos recuerdan que México ha seguido desde el año 2009 un camino jurisprudencial y también legislativo en el que “atendiendo criterios jurídicos de instancias internacionales ha reconocido como discriminatoria cualquier ley que impida a las parejas de personas del mismo sexo acceder al matrimonio civil”. Frente a ello, debe afirmarse que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia” (AL 251).
Finalmente, la Conferencia Episcopal aprovecha la oportunidad para “recordar nuestra voluntad de servir en la construcción una sociedad mejor en la que nadie se sienta discriminado y solo”.
