ROMA, 10 enero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II saludó brevemente el pasado miércoles al disidente cubano Oswaldo Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación, según han confirmado fuentes de la Santa Sede.
El encuentro, según explicó después el mismo Payá, se celebró al final de la audiencia general que concedió el Santo Padre en la sala Pablo VI.
En declaraciones a la edición de este jueves del diario de Miami «Nuevo Herald», Payá ha explicado que «prácticamente no se puede aspirar a más luego de un viaje improvisado y sin agenda fija».
Para Payá, católico practicante, el saludo al Papa fue «una oportunidad de inmenso valor espiritual, que no puede expresarse en categorías políticas».
El disidente, que recientemente recibió el Premio Sajarov 2002 concedido por el Parlamento Europeo, es el promotor del Proyecto Varela, documento respaldado por más de 11.000 cubanos (con sus direcciones y teléfonos) en el que se pide la celebración de un referéndum para aprobar leyes en favor de la libertad de expresión y asociación, la democracia, y los derechos humanos. La petición ha sido ignorada por el gobierno de la isla.
Payá, cuyo viaje a Roma fue decidido a última hora, explicó que llegó al Vaticano cuando la audiencia había comenzado pero pudo sentarse en la primera fila para escuchar el mensaje del Papa.
«Una vez terminada la audiencia, tuve la gracia de poder acercarme a Su Santidad y que él me identificara como `el cubano’. Fue un gesto de esperanza y de gran aliento», señaló Payá.
Según el «Nuevo Herald», después del encuentro Payá, se reunió varios minutos con representantes de la Santa Sede, a quienes explicó aspectos de la situación cubana y agradeció la invitación a la audiencia papal.
Antes de viajar a Roma, Payá se había encontrado con el secretario de Estado Colin Powell para afrontar cuestiones relativas a las reformas en Cuba.