La nota que lleva por título «No hay excepciones al respeto debido al embrión humano», publicada este lunes por monseñor Jean-Pierre Ricard, arzobispo de Burdeos, aplaude los pasajes del proyecto de ley que se oponen a la clonación reproductiva, pero critica aquellos aspectos de la propuesta que permiten la experimentación con embriones humanos.
En nombre de los obispos franceses, el comunicado constata que el proyecto legislativo prevé «la creación de embriones con el objetivo de experimentar nuevos métodos de asistencia a la procreación» y añade: «Esperamos que esta disposición, tan lamentable, sea rechazada por el Parlamento».
El documento insiste en que la Iglesia católica apoya decididamente la investigación en este campo, especialmente cuando la biogenética se propone curar enfermedades hoy incurables. «El objetivo es totalmente laudable. Pero plantea la cuestión de los medios», aclara monseñor Ricard.
«En la medida en que la investigación daña a los embriones, que se utilizan hasta el punto de que después sólo pueden ser rechazados, constatamos una reducción de estos embriones al rango de objetos», reconoce.
«Ahora bien –añade–, el embrión humano no puede ser tratado como una cosa. Sería una grave transgresión. Por primera vez, un ser humano en gestación sería legalmente «cosificado». Se abriría la puerta a graves abusos, pues conocemos las presiones económicas considerables que se ejercen sobre estas investigaciones».
Es posible leer el documento original en la página web de la Conferencia Episcopal de Francia http://www.cef.fr.