(ZENIT – 8 Sept.).- El Papa llegó este viernes procedente desde Bogotá a la Base Militar Luis Gómez Niño Apiai, después de casi una hora de vuelo, donde le esperaba el arzobispo de Villavicencio, Mons. Oscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.
En la base pudo ver el cariño con que algunos grupos folclóricos bailaron en su honor danzas tradicionales colombianas. También saludó a algunos niños que llevaban vestidos típicos de esta zona de llanuras y que entonaban: «¡Francisco, hermano, ya eres colombiano!».
Desde el aeropuerto hasta el campo CATAMA, situado a casi 10 kilómetros, en las afueras de la ciudad de Villavicencio, urbe con casi medio millón de habitantes.
En un auto pequeño color gris, el Santo Padre se dirigió hacia el lugar de la celebración, con una numerosa escolta en motocicletas de alta cilindrada. En el trayecto pudo observar manifestaciones de cariño a medida que pasaba. En el Campo CATAMA le aguardaban unas 600 mil personas.