Alarma del Papa por la violación de los derechos humanos en Sri Lanka

Confirma el nuncio apostólico Mario Zenari

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COLOMBO/JAFFNA, lunes, 18 diciembre 2006 (ZENIT.org).- El Papa está alarmado por los numerosos casos de violaciones de los derechos humanos y civiles en Sri Lanka.

Así lo ha confirmado el nuncio apostólico en el país asiático, el arzobispo Mario Zenari, a su regreso de una visita –el 6 y 7 de diciembre- a una de las zonas que más padece el recrudecimiento de la violencia, Jaffna.

La breve visita de 24 horas del representante papal, con el único objetivo de la solidaridad, fue posible por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que le permitió unirse a un vuelo charter de la organización.

La agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews.it» recogió las impresiones del prelado cuando llegó de Jaffna, donde la población civil afronta una gravísima crisis humanitaria, atrapada y aislada en el fuego cruzado del ejército y de la guerrilla separatista de los LTTE (Tigres para la Liberación de la Patria Tamil).

El nuncio Zenari confía aún en que el país recupere la paz tras haber pasado, sólo en los tres últimos años, por la devastación del «tsunami», el asesinato en Navidad de un político católico en la catedral de Batticaloa y la reanudación del conflicto civil en el noreste, cuyo balance de víctimas mortales se eleva ya a varios miles.

«El núcleo del problema es que existe necesidad de un radical cambio, de una conversión de los corazones -alerta- de todos aquellos que están implicados en este doloroso conflicto, incluidos los cristianos».

A su llegada a Jaffna, monseñor Zenari se reunió con el obispo local, monseñor Thomas Savundranayagam, y algunos sacerdotes de la diócesis, quienes le explicaron la dramática situación de la población.

En la mañana del 7 de diciembre el representante papal celebró una «bellísima» Misa con el obispo.

Durante la Eucaristía «invité a los religiosos presentes a experimentar y comunicar la compasión de Jesús a todos nuestros hermanos y hermanas en Sri Lanka, a ver y a amar al prójimo con los ojos y el corazón de Jesús», relató monseñor Zenari.

«Con toda nuestra caridad y nuestras obras de ayuda no debemos dejar de expresar nuestro profundo amor por la gente, dando nuevo realce al valor y a la dignidad de la persona humana», recalcó.

Durante su visita, el nuncio apostólico también pudo encontrarse con la esposa de Wenceslaus Vimalathas -de 40 años, padre de cinco hijos-, el laico que desapareció el 20 de agosto -junto al sacerdote católico Jim Brown- en un puesto de control de la marina militar en Allaipiddy.

De estas dos desapariciones informó el arzobispo Zenari al Papa, cuando acudió a Roma el pasado septiembre.

«El Pontífice se ha declarado alarmado por la noticia y por los otros numerosos casos de violaciones de derechos humanos y civiles en Sri Lanka», manifestó monseñor Zenari.

Éste, junto al obispo de Jaffna, luchan en primera línea para que el gobierno arroje luz sobre estas dos desapariciones.

El combate de LTTE por la independencia en el norte y este del país estalló en 1983. El resultado: la pérdida de 65 mil vidas, un millón de desplazados y un extenso daño a hogares e infraestructuras públicas, además del recelo entre diferentes etnias y comunidades religiosas. Teóricamente rige una tregua desde 2002.

Reclutamientos forzosos –también de niños-, secuestros y detenciones arbitrarias son amenazas constantes para miles de civiles tamiles en el noreste del país, tanto por parte del ejército como de los rebeldes, alerta «AsiaNews.it».

De acuerdo con la agencia del PIME, secuestros y asesinatos de tamiles en las zonas controladas por militares son perpetrados por «fuerzas desconocidas» -una denominación que oculta probablemente elementos de las fuerzas de seguridad o grupos paramilitares-, particularmente activas en Jaffna, donde la población vive aterrorizada.

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ZENIT Staff

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