Argentina: obispo cuestiona saqueos y los equipara con la corrupción política

Mons. Lozano: ‘Los dirigentes, los comunicadores, debemos dar ejemplo de honestidad e integridad moral’

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El obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS), monseñor Jorge Eduardo Lozano, criticó la situación que vivió Argentina en las últimas semanas, con saqueos y violencia aprovechando de una huelga policial, pero también la corrupción existente: “Es cuestionable la acción de robar, saquear y destruir. Pero también es cuestionable, y tal vez con más fuerza, el vandalismo de los ricos y el saqueo de los corruptos”.

En una columna en el diario La Nación, el obispo indicó que “en varios comentarios de noticieros o programas periodísticos se censuraba duramente a quienes robaban electrodomésticos y no comida. Un argumento de dudosa solidez. Robar está mal. Mentir también. Y matar, ni te cuento”. Y añadió que es “la hora de señalar la seriedad de los delitos, debemos aclarar que coimear para la trata de personas es más grave que robar un plasma (televisor). La corrupción que usurpa los dineros del pueblo también aprieta gatillos con balas de hambre o de mala atención de la salud”.

El presidente de la Cepas señaló “los sobreprecios en contrataciones de obras públicas. Los sobornos para pasar cargamentos de droga. Los funcionarios policiales y judiciales prendidos en redes de trata”. Y recordó que “los dirigentes (sociales, políticos, religiosos, judiciales), los comunicadores, debemos dar ejemplo de honestidad e integridad moral”.

El obispo de Gualeguaychú citó entonces una frase “que nos viene como anillo al dedo” de la reciente exhortación apostólica Evangelii Gaudium, del papa Francisco. «Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres, pero sin igualdad de oportunidades las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la sociedad -local, nacional o mundial- abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad».

Y Mons. Lozano concluye: “Llamemos a las cosas por su nombre y su realidad. Es cuestionable la acción de robar, saquear y destruir. Pero también es cuestionable, y tal vez con más fuerza, el vandalismo de los ricos y el saqueo de los corruptos”.

De otro lado el vocero del Episcopado, padre Jorge Oesterheld, consideró el martes pasado que “las políticas de inclusión fracasaron” porque hay gente que se ha quedo fuera del sistema.

Subrayó que “el problema de la inflación es fundamental porque licuó la contención de los planes sociales» y añadió que lo que falta «es trabajo genuino porque cuando se habla de desocupación se cuenta como personas ocupadas a quienes reciben planes sociales cuando, en realidad, no están ocupados”.

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ZENIT Staff

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