SANTIAGO DE CHILE, 20 mar 2001 (ZENIT.org).- El Gobierno de Chile ha autorizado la venta de la píldora abortiva, más conocida como «píldora del día después», y ha establecido que su comercialización se hará con la receta de un médico.
La decisión gubernamental fue anunciada ayer por la ministra de Salud, Michelle Bachelet. La medida había estado precedida por un amplio debate a nivel nacional, ante la constatación de científicos, médicos y representantes de la Iglesia, de que no es un producto anticonceptivo, sino más bien abortivo.
Bachelet, que ha contado con el apoyo del presidente chileno Ricardo Lagos, al anunciar la decisión explicó que la autorización tiene lugar después de que el estatal Instituto de Salud Pública estableció que «desde el punto de vista sanitario no existirían evidencias de que pudieran hacer daño».
Precisó que la «píldora del día después» sólo se venderá con receta médica y explicó que este documento tendrá que quedar en poder de las farmacias para justificar sus ventas.
Bachelet recomendó su uso en situaciones de emergencia como violaciones o ruptura de preservativos. El fármaco estaría disponible en el mercado dentro de dos meses y su valor sería de entre 3,5 a 5 dólares la caja de dos píldoras.
El profesor del centro de bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile, Fernando Chamali, explicó en días pasados que la píldora pone en entredicho «el derecho a la vida», pues supone un aval para «la interrupción de un embarazo, bajo cualquier pretexto o de cualquier forma».
«La vida se da desde el momento de la concepción, por lo que cualquier acción posterior tiene el sentido de una interrupción del embarazo», agregó.
«La Iglesia considera el embarazo como un don –añadió–, por lo que creemos que la píldora no es un medicamento, sino un producto, ya que el embarazo no es una enfermedad», puntualizó Chamali, que es sacerdote.
