Desafíos de la vida religiosa en la Nueva Evangelización

Entrevista a la hermana Alda Malvessi, superiora general de las misioneras scalabrinianas

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Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, domingo 1 abril 2012 (ZENIT.org).- El trabajo de la nueva evangelización abarca hoy todos los campos donde la iglesia desarrolla su misión. Uno de estos espacios es donde viven y trabajan los migrantes, que por diversos motivos han dejado sus tierras en busca de mejores condiciones de vida. Y allí, en medio de ellos, algunas familias religiosas deben multiplicarse para atender a un grupo que crece de modo exponencial en todo el mundo, muchos de los cuales estén probablemente “listos para la cosecha”.

En continuación con nuestra serie de entrevistas a los superiores generales de las congregaciones religiosas, ante la celebración de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre ‘La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana’ de octubre, ZENIT entrevistó a la hermana Alda Mônica Malvessi, quien guía a las Misioneras de San Carlos Borromeo-Scalabrinianas desde el año 2007.

A su parecer, ¿cuál es el papel de la vida religiosa en la nueva evangelización?

–Hna. Malvessi: El objetivo de la evangelización, como el de la nueva evangelización, es la proclamación del evangelio y la transmisión de la fe. El evangelio entendido como una persona: Jesucristo, la palabra definitiva de Dios que se hizo hombre. A los cristianos se les invita a establecer una relación personal con el Señor Jesús en la Iglesia, y Él los conduce al Padre por medio del Espíritu Santo. Por lo tanto, el papel de la vida religiosa en la nueva evangelización no puede ser otro que participar plenamente, como paredes de la Iglesia, en esta misión: sea por el testimonio o a través de la obra de evangelización, que puede consistir en el anuncio propiamente dicho y en las obras de caridad.

Como superiora general de la misioneras scalabrinianas, ¿qué les se pide a sus hermanas en este sentido?

–Hna. Malvessi: En virtud de la consagración religiosa, llevamos a cabo nuestro trabajo de evangelización como partícipes de la misión de la Iglesia entre los migrantes, quienes son los primeros destinatarios de nuestra acción apostólica. Por esta razón, le pido a cada hermana que sean fieles a esta misión, asumida en su profesión religiosa.

Y los migrantes, ¿cómo pueden a responder a la nueva evangelización?

–Hna. Malvessi: El documento en preparación para el próximo Sínodo de los Obispos que, precisamente, tratará sobre la nueva evangelización para la transmisión de la fe, afirma en el número 13: «Es oportuno considerar la nueva exigencia que proviene de los movimientos humanos y del fenómeno migratorio, que abre nuevas perspectivas de evangelización, porque los inmigrantes no sólo tienen necesidad de ser evangelizados sino que ellos mismos pueden ser agentes de evangelización». Por eso creo que los migrantes deben ser considerados en estas dos posibilidades, y responderán positivamente a la nueva evangelización.

¿Cuál es el desarrollo actual de su congregación?

–Hna. Malvessi: La congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo – Scalabrinianas, está presente en cuatro continentes, con 135 comunidades, donde la mitad de ellas operan en diferentes misiones, ejerciendo su apostolado de múltiples maneras con y entre los migrantes de las diversas categorías. Desde hace varios años estamos reestructurando la presencia misionera para mantenernos fieles al carisma, ​​para adaptarnos al número de miembros activos y a la disminución de nuevas vocaciones. En Europa hay 14 comunidades activas.

¿Cómo van los procesos de canonización del beato Giovanni Battista Scalabrini y de la madre Asunta Marchetti?

–Hna. Malvessi: Sobre la causa del beato Scalabrini, continúa la difusión de su vida y obra, proporcionando información al público a través de publicaciones y el incentivo a la devoción del beato, con el fin de obtener a través suyo gracias y milagros. En esta etapa del proceso, un milagro es una condición necesaria para llegar a su canonización. Sobre la venerable madre cofundadora Asunta Marchetti, se ha dado el reconocimiento de las virtudes heroicas por el sumo pontífice Benedicto XVI, el 19 de diciembre del año pasado y ahora en la Congregación para las Causas de los Santos se está examinando un presunto milagro. También tenemos  al siervo de Dios, padre José Marchetti, también nuestro cofundador, a la espera de que la Congregación para las Causas de los Santos declare la validez de la Positio. Se está haciendo conocer su vida y obra a través de diversas formas.

¿Está en proceso de beatificación otra misionera scalabriniana?

–Hna. Malvessi: No.

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ZENIT Staff

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