(zenit – 24 marzo 2020).- En la víspera de la solemnidad de la Anunciación del Señor, la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) invita a los obispos del continente a presidir un acto de consagración a la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe.
De acuerdo a la carta difundida por el CELAM el 23 de marzo, se trata de una iniciativa de oración ante la “circunstancia inédita por la expansión del Covid-19” y sugieren que el acto de consagración se realice a las 12 del medio día, acogiendo la invitación del Papa a rezar el Padrenuestro por la misma intención.
Igualmente se propone que esta consagración se acompañe por el rezo del Santo Rosario y se transmita a través de los medios de comunicación y las plataformas digitales con el fin de alcanzar el mayor número de sacerdotes y fieles.
Acompañar al Pueblo de Dios
“Esta crisis sanitaria ha despertado entre obispos, sacerdotes, religiosos (as) y laicos un esperanzador movimiento, usando creativamente los medios de comunicación y las redes sociales para acompañar al pueblo de Dios, confinados en sus casas, llevándoles mensajes de aliento y esperanza”, indica el texto.
Del mismo modo, el episcopado recuerda que el Pueblo de Dios, siempre, en “momentos críticos, como pestes y guerras, han suplicado con confianza la maternal protección de la Madre de Jesús”.
Basílica de Guadalupe
Como medida preventiva ante el brote de coronavirus, la Basílica de Guadalupe cerró sus puertas por primera vez en la historia.
El arzobispo primado de México, Mons. Carlos Aguiar Retes, ofreció la misa dominical el pasado 15 de marzo, con la participaron de algunos sacerdotes concelebrantes y seminaristas, que fue transmitida por redes sociales y algunos canales de televisión.
El pasado 17 de marzo, el cardenal Aguiar, a través de un comunicado, invitó a los fieles a seguir las transmisiones por los diferentes medios de comunicación de la Misa dominical en la Basílica, celebrada a las 12 horas.
Oración a la Virgen de Guadalupe
Oración a la Virgen de Guadalupe Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En estos momentos, como Juan Diego, sintiéndonos “pequeños” y frágiles ante la enfermedad y el dolor, te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.
Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad.
Acudimos a tu inmaculado Corazón e imploramos tu intercesión: alcánzanos de tu Hijo la salud y la esperanza.
Que nuestro temor se transforme en alegría; que en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad; que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.
Santísima Virgen María, “Madre de Dios y Madre de América Latina y del Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos”, sé fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran; sé caricia maternal que conforta a los enfermos; y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura en cuyos brazos todos encontremos seguridad.
De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.