El papa Francisco, en el vuelo de regreso a Roma procedente de México, respondió, como es habitual, a las preguntas de los periodistas que le acompañan en el avión. De este modo, respondió, entre otras, a preguntas sobre la visita a México, la migración, el papel de la mujer en la Iglesia, el aborto y el virus Zika, los casos de pederastia o sobre su encuentro con el patriarca Kirill.
Durante la rueda de prensa, que duró casi una hora, le preguntaron por qué no se reunió con los familiares de los desaparecidos en México. “En mis mensajes hice continua referencia a los asesinatos, a las muertes, a la vida cobrada por todas estas bandas del narcotráfico y traficantes de personas, o sea que de ese problema hablé, de las llagas que están sufriendo en México”, dijo el Papa.
“Había muchos grupos, incluso contrapuestos entre ellos, con luchas internas, entonces yo preferí decir que en la misa los iba a ver a todos, en la misa de Juárez, o si preferían en alguna otra, pero que habría esa disponibilidad”, añadió. “Es una situación que es difícil de comprender para mí que soy extranjero, ¿verdad? Pero creo que hay una sociedad mexicana que es víctima de todo esto, de los crímenes, de descartar gente: es un dolor muy grande porque este pueblo no se merece un dolor como este”, aseguró.
Otro de los temas tratados por los periodistas del vuelo papal fue el de la pederastia en la Iglesia. Al respecto, el Pontífice señaló que “un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente, y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia”.
Además, el Santo Padre quiso rendir un homenaje al entonces cardenal Ratzinger. “Si ustedes se acuerdan, diez días antes de morir san Juan Pablo II, aquel Vía Crucis del Viernes Santo le dijo a toda la Iglesia que había que limpiar las porquerías de la Iglesia. Y en la misa ‘Pro Eligendo Pontifice’, pese a que él sabía que era candidato, no es tonto, no le importó maquillar su postura, dijo exactamente lo mismo. O sea, fue el valiente que ayudó a tantos a abrir esta puerta”, apuntó. “Así que lo quiero recordar, porque a veces nos olvidamos de estos trabajos escondidos que fueron los que prepararon los cimientos para destapar la olla”, insistió.
“Doy gracias a Dios que se haya destapado esta olla y hay que seguir destapándola”, prosiguió el Papa, al tiempo que advirtió que “esto es una monstruosidad porque un sacerdote está consagrado para llevar a un niño a Dios y ahí se lo come en un sacrificio diabólico. Lo destruye”.
En una entrevista recientemente, el candidato Donald Trump afirmó que Francisco es un hombre político y un instrumento del gobierno mexicano para la política migratoria. También reconoció que, si gana las elecciones, quiere construir 2500 kilómetros de muro a lo largo de la frontera y deportar a 11 millones de inmigrantes ilegales. Al ser interrogado por estas declaraciones, el Pontífice ironizó: “Gracias a Dios que dijo que yo soy político, porque Aristóteles define a la persona humana como un animal politicus. Al menos soy una persona humana”. “Y que soy un instrumento, quizás, no sé. Lo dejo al juicio de ustedes, de la gente”, indicó.
“Una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano. Esto no está en Evangelio”, advirtió. “Hay que ver si dijo así las cosas, le doy el beneficio de la duda”, matizó.
En una escala previa a su viaje a México, el Santo Padre fue a La Habana para reunirse con el patriarca Kirill de Moscú. Un encuentro histórico, tras casi mil años de distanciamiento entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica. “Con Kirill, mi hermano, nos abrazamos y besamos, y luego tuvimos un coloquio de dos horas, en el que hablamos como hermanos, sinceramente: nadie sabe de qué hablamos”, explicó.
Sobre la posibilidad de ir a Moscú o al Concilio panortodoxo, el Papa manifestó que “estaré presente, espiritualmente, en Creta con un mensaje”. “Me gustaría ir, pero hay que respetar el Concilio. Habrá observadores católicos y detrás de su trabajo estaré yo, rezando con los mejores deseos para que los ortodoxos puedan salir adelante”, reconoció.
Tras la reunión de La Habana, Francisco y el Patriarca de Moscú firmaron una declaración conjunta que fue criticada por los ucranianos. “Cuando la leí [La crítica, ndr], me preocupé un poco, porque la hizo el arzobispo mayor de Kyiv-Halyc de los ucranianos, Sviatoslav Schevchuk. Es él el que dijo que el pueblo se siente profundamente desilusionado y traicionado”, recordó.
“Ucrania está en un momento de guerra, de sufrimiento: muchas veces he manifestado mi cercanía al pueblo ucraniano. Se comprende que un pueblo en esa situación sienta esto, el documento es opinable sobre esta cuestión de Ucrania, pero en esa parte de la declaración se pide detener esta guerra, que se llegue a acuerdos. Yo, en lo personal, espero que los acuerdos de Minsk sigan adelante y que no se borre con el codo lo que se escribió con la mano”, destacó el Pontífice.
“Yo conozco muy bien a Sviatoslav, trabajamos 4 años juntos en Buenos Aires. Cuando, a los 42 años, fue elegido arzobispo mayor, vino a despedirse y me regaló un ícono de la Virgen de la ternura, y me dijo: ‘Me ha acompañado toda la vida, quiero dejártela a ti, porque me has acompañado estos cuatro años’. Y la tengo en Roma, entre las pocas cosas que me llevé de Buenos Aires. Lo respeto, nos hablamos de tú; me pareció un poco extraña su declaración. Pero, para comprender una noticia o una declaración hay que buscar la hermenéutica de conjunto. Y esa declaración de Schevchuk está en el último párrafo de una larga entrevista. Él se declara hijo de la Iglesia, en comunión con el Obispo de Roma, habla sobre el Papa y su cercanía al Papa”, observó.
El aborto no es un mal menor: es un crimen. Así de conciso y claro fue al responder a una pregunta sobre la propuesta del aborto por parte de algunas autoridades frente al virus Zika. Así, recordó que “es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto”. A propósito del mal menor en lo que se refiere a evitar el embarazo, indicó que Pablo VI en una situación difícil en África permitió a las monjas usar anticonceptivos para casos en los que fueron violentadas. Por eso pidió “no confundir el mal de evitar el embarazo, por sí solo, con el aborto”. El aborto –precisó– no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Evitar el embarazo no es un mal absoluto. Y en ciertos casos, como en este, como en el que ha nombrado de Pablo VI era claro, reconoció.
Otro tema abordado en la rueda de prensa fue la situación de los divorciados vueltos a casar. En esta línea el Santo Padre explicó que en el documento post-sinodal, que saldrá antes de Pascua, “se retoma todo lo que el Sínodo abordó en la pastoral de las familias heridas”. Aseguró que es una de sus preocupaciones así como también lo es la preparación al matrimonio. Otro capítulo muy interesante es “la educación de los hijos”, y precisó que “las víctimas de los problemas familiares son los hijos”. La palabra clave “que usó el Sínodo, y lo retomaré en la exhortación, es ‘integrar’ en la vida de la Iglesia a las familias heridas”, subrayó Francisco. E integrar en la Iglesia –precisó– no significa conceder la comunión.
También preguntaron al Pontífice sobre la polémica despertada días atrás sobre el intercambio de cartas entre el papa Juan Pablo II y la filósofa americana Anna Teresa Tymieniecka. Al respecto, Francisco advirtió de que “un hombre que no sabe tener una buena relación de amistad con una mujer –no hablo de los misóginos que son enfermos— es un hombre al que le falta alguna cosa”. Y aseguró que por experiencia propia “cuando pido un consejo, a un colaborador o amigo, me gusta también escuchar el parecer de una mujer. Y te dan tantas riquezas. Miran las cosas de otro modo”. Asimismo subrayó que “una amistad con una mujer no es pecado. Una relación amorosa con una mujer que no sea tu mujer es pecado”. Prosiguió recordando que el Papa es un hombre, tiene necesidad incluso del pensamiento de las mujeres y también el Papa tiene un corazón que puede tener una amistad sana con una mujer.
Para concluir esta pregunta reconoció que “las mujeres todavía no están bien consideradas en la Iglesia”. “No hemos entendido el bien que una mujer puede hacer a la vida del cura y de la Iglesia, en un sentido de consejo, de ayuda, de sana amistad”, explicó.
Para concluir la rueda de prensa, contó qué le pidió a la Guadalupe cuando rezó ante ella en la Basílica: “Por el mundo, por la paz, por muchas cosas, y la pobrecilla ha acabado con la cabeza así de grande”. También pidió perdón, que la Iglesia crezca sana, por el pueblo mexicano. Y una cosa por la que pidió mucho: “Que los curas sean buenos curas y las monjas buenas monjas” y por “buenos obispos como los quiere el Señor”. Y bromeó: pero las cosas que un hijo dice a la mamá son un secreto.
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El Papa en el avión: 'El aborto no es un mal menor, es un crimen'
Durante casi una hora, el papa Francisco ha conversado y respondido a las preguntas de los periodistas en el vuelo de regreso de México