El papa Francisco se ha reunido un miércoles más con miles de personas, procedentes de todas las partes del mundo, en la plaza de San Pedro para la audiencia general. Tras algunas semanas celebrando la audiencia en el Aula Pablo VI a causa del frío, esta semana se ha vuelto a celebrar en la plaza, para poder recibir así a más personas.
Con gran entusiasmo y emoción han recibido los peregrinos al Santo Padre a su llegada en el papamóvil. Después de recorrer los pasillos de la plaza saludando y bendiciendo a los presentes, el Pontífice prosiguió con la serie de catequesis sobre la misericordia.
Además, hoy ha hecho un anuncio. El Pontificio Consejo Cor Unum, en ocasión del Jubileo de la Misericordia, ha promovido una jornada de retiro espiritual para las personas y los grupos comprometidos en el servicio de la caridad. “La jornada, que se debe celebrar en cada diócesis durante la próxima Cuaresma, será ocasión para reflexionar sobre la llamada a ser misericordiosos como el Padre”, ha explicado. Por ello, ha invitado a acoger esta propuesta utilizando las indicaciones y los manuales preparados por Cor Unum.
En el resumen hecho en español de la catequesis, el papa Francisco ha indicado que “el relato del libro del Éxodo que hemos escuchado nos muestra cómo la misericordia de Dios ha estado siempre presente en toda la historia del Pueblo de Israel”. Por esto, ha afirmado, “cuando su vida se vuelve dura por la esclavitud en Egipto, Dios no permanece indiferente ante a su sufrimiento”. El Santo Padre ha explicado que “lo salva del Faraón por medio de Moisés, a quien escoge como mediador de liberación. Lo saca de Egipto, lo conduce a través del Mar Rojo y del desierto, hacia la tierra prometida, hacia la libertad”.
De este modo, el Pontífice ha subrayado que “la misericordia de Dios no es indiferente al dolor del oprimido, al grito de quien sufre violencia, esclavitud, o es condenado a muerte. El sufrimiento es una triste realidad que aflige a toda época, también a la nuestra”. Nos hace sentir –ha advertido– impotentes y tentados a endurecer el corazón. Por eso ha asegurado que “Dios, en cambio, no es indiferente, no abandona, sino que actúa y salva”.
A propósito, el Santo Padre ha explicado que “el ejemplo de Israel nos consuela y aviva nuestra esperanza en la salvación de Dios. Él elige a Israel, lo educa como un padre a su hijo, y le propone una relación de amor particular que lo convierte en pueblo de su propiedad”.
Finalmente, ha precisado que “también a nosotros nos ofrece las maravillas de su misericordia, que llega a su pleno cumplimiento en Jesucristo, que con su Sacrificio Pascual inaugura la ‘Alianza nueva y eterna’, nos obtiene el perdón de nuestros pecados y nos convierte definitivamente en hijos de Dios”.
A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española. Y así ha deseado que el “Señor Jesús nos conceda experimentar siempre en nuestra vida el amor y la misericordia de Dios, nuestro Padre”.
Justo antes de los saludos en italiano, un grupo de artistas de circo ha ofrecido un breve espectáculo con acrobacias y bailes, provocando la sonrisa y el aplauso de Francisco. Después les ha dirigido unas palabras de agradecimiento. «Sois creadores de belleza y vosotros hacéis la belleza, y la belleza hace bien al alma. La belleza nos acerca a Dios», ha asegurado.
Para finalizar la audiencia, el Santo Padre ha dedicado unas palabras a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Recordando que mañana se celebra la memoria litúrgica de santo Tomás de Aquino, patrón de las escuelas católicas, el Papa ha pedido que su ejemplo empuje a los jóvenes “a ver en Jesús misericordioso el único maestro de vida”. Para los enfermos ha deseado que la intercesión del santo obtenga para ellos “la serenidad y la paz presentes en el misterio de la cruz”. Y para concluir, ha exhortado a que la doctrina de santo Tomás sea un aliento para los recién casados para encomendarse a la sabiduría del corazón para cumplir vuestra misión”.
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CTV - El papa Francisco durante la audiencia general
El Papa: 'La misericordia de Dios no es indiferente al dolor del oprimido'
En la audiencia general de esta semana, el Santo Padre recuerda que la misericordia de Dios ha estado siempre presente en toda la historia del Pueblo de Israel