El Papa pide garantizar internacionalmente la identidad de Jerusalén

Alienta las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos en Camp David

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CASTEL GANDOLFO, 23 julio (ZENIT.org).- Juan Pablo II alentó este mediodía las negociaciones de paz que tienen lugar en Camp David entre israelíes y palestinos y pidió un estatuto especial para Jerusalén que garantice internacionalmente su condición de Ciudad Santa para las tres religiones monoteístas.

«Deseo acompañar con la oración y el aliento estas negociaciones, que ciertamente no son fáciles –reconoció el Papa–, invitando a los responsables a continuar sus esfuerzos y auspiciando que estén siempre animados por el deseo sincero de respetar el derecho y la justicia para todos y alcanzar una paz justa y duradera»

Las negociaciones entre el primer ministro de Israel, Ehud Barak, y el líder palestino, Yasser Arafat, han llegado a su momento más espinoso al afrontar las propuestas de Estados Unidos sobre la futura soberanía de Jerusalén. Antes de viajar a la cumbre del G-8 (los siete países más industrializados y Rusia) en Okinawa, Japón, el pasado jueves, Clinton había planteado posibles opciones para resolver el conflicto sobre la Ciudad Santa. El presidente estadounidense dejó hoy Okinawa varias horas antes de los previsto para volver a toda prisa a las negociaciones de Camp David, que ya le habían obligado a suspender la prevista visita a Tokio previa a la cumbre.

En este contexto, Juan Pablo II, en su tradicional encuentro dominical con los peregrinos, volvió a exponer la posición que la Santa Sede siempre ha mantenido sobre Jerusalén. «Quisiera invitar a las partes en causa a no descuidar la importancia de la dimensión espiritual de la ciudad, con sus santos lugares y las comunidades de las tres religiones monoteístas que los circundan».

«La Santa Sede continúa pensando que sólo un estatuto especial internacionalmente garantizado podrá preservar efectivamente las partes más sagradas de la Ciudad Santa y asegurar la libertad de fe y de culto para todos los fieles que, en la región y en el mundo entero, ven Jerusalén como una encrucijada de paz y convivencia».

Al inicio de esta cumbre de paz, los patriarcas latino, ortodoxo y armenio de Jerusalén pidieron en una carta enviada a Camp David participar en las futuras negociaciones sobre la cuestión de la Ciudad Santa y pusieron de manifiesto el papel de Jerusalén como lugar de fe, por encima de su posible función como capital administrativa del Estado israelí y palestino.

El padre Angelo Macchi, experto de política internacional de la revista «Civiltà Cattolica» aclaró hoy en declaraciones a los micrófonos de «Radio Vaticano» que el Papa pide que se resuelva la cuestión de la soberanía de Jerusalén «únicamente a través de acuerdos entre israelíes y palestinos» con la ayuda de quien se ofrezca como mediador (en estos momentos, Estados Unidos). Ahora bien, aclarado ese argumento, dada la importancia que tienen los lugares sagrados para todos los creyentes de las tres religiones monoteístas, pide que se alcance un acuerdo garantizado internacionalmente y que para realizarlo se tenga en cuenta la voz de cristianos, musulmanes y judíos. De ello dependen cuestiones tan delicadas como el libre acceso a los lugares de culto para los peregrinos de las tres religiones o el que «ante la iglesia del Santo Sepulcro se construya un edificio de 20 pisos».

Para ilustrar la complicación y delicadeza de la cuestión de Jerusalén, el padre Macchi revela un dato histórico interesante: «Cuando comenzaron en 1991 las negociaciones en la Conferencia de paz de Madrid, el secretario de Estado norteamericano de aquel entonces dijo: por favor, eliminen de su agenda el problema de Jerusalén, trátenlo al final. Si lo tratan al inicio, no llegarán nunca, nunca, nunca, a un acuerdo. Cuando hayan resuelto las demás cuestiones, entonces podrán afrontar el tema de Jerusalén y, dado que al haber resuelto las otras cuestiones el proceso será para entonces irreversible, requerirá tiempo, pero se podrá resolver la cuestión de la soberanía de Jerusalén».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación