Ismael Vega, director del CAAAP © CAAAP

Ismael Vega, antropólogo: “Los Estados no miran con seriedad la gravedad de la COVID-19 para la Amazonía”

La pandemia genera temor e incertidumbre

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(zenit – 2 abril 2020).- Que la Amazonía no cuenta con condiciones objetivas para afrontar una propagación masiva del coronavirus no tiene discusión. La llegada de la pandemia a gran parte de las regiones amazónicas ya es un hecho que genera temor e incertidumbre. El antropólogo y director del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), Ismael Vega, analiza la situación y sus posibles alcances.

¿Cómo podría asumirse, de llegar el caso, una propagación masiva del COVID-19 en la Panamazonía? ¿Qué efectos podría tener? ¿Cómo enfrentan los Estados esta posibilidad? ¿Son los pueblos indígenas de la selva más vulnerables que otros colectivos sociales? Estas y otras preguntas están, desde hace dos semanas, debatiéndose en diferentes ámbitos relacionados con la Amazonía y sus pueblos. Desde organizaciones indígenas, de las que muchas ya se han pronunciado al respecto, hasta instituciones de la sociedad civil comprometidos con su defensa.

Desde el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), su director Ismael Vega Díaz, antropólogo de larga trayectoria de acompañamiento a los pueblos indígenas amazónicos, analiza y opina al respecto.

A lo largo de los últimos días hemos conocido los primeros casos positivos de coronavirus en los nueve países que componen la Panamazonía. ¿Cómo valora este rápido ingreso de la pandemia en esta región?

La propagación del coronavirus en la Panamazonía todavía es en una cantidad pequeña si se compara a lo que viene sucediendo en ciudades como Lima. Sin embargo, estamos en un momento en que el número real de casos de infectados todavía no es totalmente objetivo, no estamos aún con una cifra real de cuántas personas pueden estar contagiadas. Creo que los Estados no toman aún las medidas necesarias para que esta pandemia no llegue a la Panamazonía, todavía no se está mirando con seriedad a esta región en los diferentes países y, eso, es muy preocupante. Si algo nos muestra esta propagación del coronavirus es que existen profundas desigualdades e injusticias en la región latinoamericana y, especialmente, en los países panamazónicos y, dentro de ellos, en la región amazónica de cada país. Allí hay profundas desigualdades que, ante una pandemia como esta, se convierten en un factor de grave riesgo para las poblaciones que viven allí y, especialmente, para los indígenas.

¿Qué pone en un riesgo mayor a las poblaciones amazónicas y, específicamente, a las indígenas? ¿Por qué?

Son poblaciones que se ubican en uno de los sectores más vulnerables de todos los países. En general, tiene los índices más altos de pobreza, así como de desnutrición, y de falta de servicios educativos y salud especialmente. Esto coloca en alto riesgo a los pueblos indígenas. En la selva, en general, los servicios de salud son de muy mala calidad. Se sabe que en la Amazonía peruana, por ejemplo, más del 60% de la población carece de servicios de salud adecuados. La propagación del coronavirus en esos lugares sería una tragedia para esos pueblos, les pondría en grave riesgo de desaparecer porque la población carece de acceso a los lugares donde podría ser atendido. La mayoría, para acceder a un centro de salud debe navegar por río o trasladarse por tierra durante varias horas y días, a veces dos o tres días. Y muchas veces a donde llega, para ser atendido, no va a contar con condiciones necesarias. En realidad no se está tomando ninguna medida específica más allá de los mensajes que el Gobierno está sacando en diferentes idiomas para informar sobre el coronavirus. Pero, objetivamente, mejoras, cambios, inversión, preparación objetiva, material para atender una posible propagación del coronavirus en esta zona de la Amazonía, en realidad no hay absolutamente nada hasta el momento. Los pueblos indígenas, a través de sus organizaciones, incluso la COICA, ya han expresado no solo su preocupación sino que han exigido que los Estados de la Panamazonía tomen medidas urgentes para garantizar la protección de estos pueblos.

A propósito de las organizaciones indígenas, ¿qué posición han adoptado ante las disposiciones y restricciones que ha impuesto el Gobierno de Martín Vizcarra?

Aún cuando las medidas del Gobierno peruano han sido rápidas y drásticas, algo que las organizaciones aprueban y apoyan sin duda, los pueblos indígenas de la Amazonía se sienten desprotegidos. Por ejemplo, AIDESEP emitió un pronunciamiento en los primeros días llamando la atención para que el Gobierno tome medidas para proteger a los pueblos indígenas de la selva, para que implemente los sistemas de salud mínimamente para poder atender posibles casos y también para evitar que, a través de diversos agentes foráneos o de actividades que algunas empresas realizan en la selva, se pueda propagar el coronavirus. Junto con este pronunciamiento de AIDESEP, también diversas organizaciones regionales se han pronunciado en el mismo sentido

Muchas comunidades han optado por aislarse completamente, ¿están ahí las familias preparadas para subsistir? ¿Por cuánto tiempo?

Aislarse o dejar de moverse es diferente en una ciudad que en las comunidades. Me parece que en las comunidades las familias podrían estar más protegidas debido a que están alejadas de las ciudades, desde el punto de vista de que tienen menores contactos con gente que llega de afuera portando el virus. El impedir el ingreso de personas reduce mucho el riesgo, pero no es algo que se pueda garantizar al 100% porque nadie sabe cuántos pobladores indígenas han estado recientemente en alguna ciudad, unos días antes de que se inicie la propagación del coronavirus, y luego hayan regresado a sus comunidades. Sin embargo, también hay que decir que los bosques ya no son la misma zona de hace 20 o 30 años atrás porque este modelo de desarrollo que se basa en la intervención de los territorios, en la extracción de madera y petróleo, en los monocultivos y en los megaproyectos, sin duda, este modelo ha afectado a los territorios de los pueblos indígenas. Ya no hay suficientes animales de caza o están muy lejos a tres o cuatro días de distancia de las comunidades, los ríos están contaminados, los peces también. Las condiciones son muy severas, ya no es como antes cuando las condiciones permitían una vida más tranquila, más plena de los pueblos indígenas.

Muchas poblaciones indígenas no se localizan en comunidades, sino en grandes ciudades. ¿Qué medidas se recomendaría adoptar con ellos, con las poblaciones amazónicas urbanas?

Sí, existe esa población que, casi en su totalidad, vive en las ciudades en condiciones muy precarias, difíciles, muy críticas y ejerciendo trabajos de forma informal, con un ingreso económico al día. Por eso, creo que el Estado tiene que asegurar que esta población indígena amazónica y andina que vive en ciudades como Lima esté también considerada dentro de la población en pobreza extrema y pueda acceder a los bonos que se han comenzado a implementar. Como vuelvo a repetir, casi toda la población indígena amazónica que vive en la ciudad está en pobreza y pobreza extrema. Lo sabemos por algunos estudios realizados, por ejemplo desde el CAAAP hicimos uno de ellos y constatamos que a nivel educativo, de salud, de vivienda y laboral las condiciones de estas personas son extremadamente precarias.

¿Qué lecciones podemos aprender de esta terrible situación?

Básicamente puedo mencionar dos lecciones que me parecen importantísimas. Primero, que los gobiernos de la Panamazonía entiendan que es urgente y necesario, además de un derecho de la sociedad y de los pueblos de la Amazonía, que los servicios de salud funcionen adecuadamente, que el Estado invierta en estos servicios para una buena atención y para que sectores como el conformado por los indígenas puedan ejercer su derecho a la salud en condiciones de calidad. Si nos fijamos, actualmente, no tenemos capacidad para afrontar una situación como la que estamos viviendo. Es una lección difícil de aprender porque este modelo de desarrollo no ve la salud como algo importante. La segunda lección se relaciona con el cuidado del planeta. El Papa Francisco nos ha dado una encíclica fundamental para estos tiempos, por el cuidado de nuestra casa común. Creo que podemos nuevamente mirarla, pues salió hace pocos años, en 2015, como un elemento, un insumo fundamental para todo el mundo, especialmente para los países de la Panamazonía, que nos sirve para poder mirar el planeta, cuidar la naturaleza aprendiendo un poquito de los pueblos indígenas amazónicos, de su respeto, del cuidado, del buen trato que tienen con los elementos y seres de la naturaleza. Finalmente, creo que también es muy importante que todos valoremos nuevamente esta solidaridad que muchas veces está adormecida. Solidaridad para poder salir de este momento tan complicado y responsabilidad para entender que nuestra vida está en relación con la vida de todos los demás.

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Beatriz García

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