La exhortación apostólica: marco doctrinal sólido y sencillez de lenguaje

Monseñor Claudio Maria Celli y monseñor Baldisseri analizan la Evangelii Gaudium desde el punto de vista de la sinodalidad y de la comunicación

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“El documento Evangelii Gaudium del Santo Padre Francisco nace de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana” (2012), como un anuncio de alegría a los cristianos y a todos los discípulos y misioneros y a toda la humanidad.

Lo ha recordado el arzobispo Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los obispos, durante la conferencia de prensa de presentación de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” explicando los aspectos de ésta que se refieren a la sinodalidad, mientras el arzobispo Claudio Maria Celli se ha explicado la parte relacionada con la comunicación.

Asimismo ha explicado que el santo padre ha tenido en sus manos las Proposiciones de los Padres sinodales, las hizo propias, reelaborándolas en modo personal, y escribió un documento programático y exhortativo, utilizando la fórmula de «Exhortación Apostólica», cuya centralidad es la misionariedad, a todo campo. Ha llamado la atención sobre el hecho de que desde la primera página es «la presentación gozosa del Evangelio» que se expresa incluso por la repetición, en todo el texto, de la palabra alegría hasta de 59 veces.

El papa ha tenido en cuenta las Proposiciones citándolas en  27 ocasiones. Sobre esta base, «a partir de las reflexiones de los Padres sinodales, desarrolla la Exhortación en un sólido marco doctrinal, fundado en referencias bíblicas y magisteriales, con una presentación temática de los diversos aspectos de la fe, en el que se afirman los principios y las doctrinas encarnadas en la vida». Este desarrollo se enriquece además «con referencias a los Padres de la Iglesia», así como también se apoya en la contribución de los «Maestros medievales, como el Beato Isaac de Stella, San Tomás de Aquino y Tomás de Kempis» y teólogos modernos como el beato John Henry Newman, Henri de Lubac y Romano Guardini, además de otros escritores, como Georges Bernanos.

El secretario del Sínodo de los obispos ha destacado también que el texto hace varias referencias a otras exhortaciones apostólicas como Evangelii nuntiandi de Pablo VI y otras post-sinodales como la Christifideles laici; Familiaris Consortio, Pastores dabo Vobis, Ecclesia in África, in Asia, in Oceanía, in América, in Medio Oriente, in Europa; Verbum Domini. Además, está la atención dada a los pronunciamientos de las Conferencias Episcopales de América Latina, como los documentos de Puebla y Aparecida; a los de los Patriarcas Católicos de Oriente Medio en la XVI Asamblea, a los de las Conferencias Episcopales de la India, Estados Unidos, Francia, Brasil, Filipinas y el Congo. Al respecto, monseñor Baldisseri ha explicado que es la primera vez que un documento pontificio contiene numerosas citas a  documentos de Conferencias Episcopales, una forma más, de demostrar el sentido de sinodalidad de Francisco.

“Refiriéndose al Concilio Vaticano II, en analogía con las antiguas Iglesias patriarcales, el Santo Padre desea que las Conferencias Episcopales puedan “desarrollar una obra múltiple y fecunda a fin de que el afecto colegial tenga una aplicación concreta”, ha explicado.

Por su parte el arzobispo Claudio Maria Celli ha hablado de la “dimensión comunicativa en la nueva evangelización” a la luz de la exhortación apostólica.

El prelado ha señalado  el tema del lenguaje es relamente un gran desafío para la Iglesia de hoy. «Un desafío que debe ser acogido con conciencia y con decisión, con audacia y sabiduría como recordaba Pablo VI». Al respecto, monseñor Celli ha matizado que hasta ahora «hemos sido muy sabios pero poco audaces».

Monseñor Celli ha afirmado que el papa es totalmente consciente de que la sociedad de la información actual, nos satura indiscriminadamente con datos, todos al mismo nivel y que terminan conduciéndonos a una tremenda superficialidad a la hora de plantear las cuestiones morales.

Por otro lado, el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales ha explicado que una amplia parte del texto se dedica a analizar cómo se comunica el mensaje de la Iglesia. “El papa es consciente de la velocidad de la comunicación moderna y de cómo, a veces, los medios de comunicación realizan una selección interesada de distintos contenidos. Por este motivo se corre el riesgo que el mensaje aparezca mutilado y reducido sólo a aspectos secundarios». Y por ello el papa «cree conveniente ser realistas, es decir, no dar por supuesto que nuestros interlocutores conozcan el trasfondo completo de lo que decimos o que puedan conectar nuestro discurso con el núcleo esencial del Evangelio”. De ahí que Francisco insista en que “el anuncio debe concentrarse en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario. La propuesta se simplifica sin perder por ello profundidad y verdad”.

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ZENIT Staff

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