La FAO afirma que es prioritario acabar con la malnutrición

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura presenta el informe anual El estado mundial de la agricultura y la alimentación

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

Al denunciar el coste social y económico de la malnutrición, el director general de FAO, José Graziano da Silva, pidió ayer un decidido esfuerzo para erradicar tanto la malnutrición como el hambre en el mundo.

Así lo han confirmado en un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), informando del lanzamiento de la publicación anual de la FAO «El estado mundial de la agricultura y la alimentación» (SOFA 2013, por sus siglas en inglés). En una declaración grabada con motivo de este lanzamiento, Graziano da Silva, dijo que aunque el mundo ha registrado un cierto progreso frente al hambre -una de las formas de malnutrición-, todavía queda «un largo camino por delante».

«El mensaje de la FAO es que tenemos que luchar por nada menos que la erradicación del hambre y la malnutrición», declaró el director general de la FAO.

El informe, que lleva por título Sistemas alimentarios para una mejor nutrición, indica que aunque todavía cerca de 870 millones de personas pasaban hambre en el mundo en 2010-2012, son tan solo una parte de los miles de millones de personas cuya salud, bienestar y vida se ven malogradas por la malnutrición.

Según el SOFA hay 2000 millones de personas que sufren de una o más deficiencias de micronutrientes, mientras que 1.400 millones tienen sobrepeso, de los cuales 500 millones son obesos. Un 26% de todos los niños menores de cinco años sufren retraso del crecimiento y el 31% sufre de deficiencia de vitamina A.

El comunicado denuncia que el coste de la desnutrición para la economía mundial en pérdida de productividad y gastos de atención sanitaria es «inaceptablemente alto» y podría alcanzar hasta un 5% del producto interior bruto (PIB) mundial: 3,5 billones de dólares EEUU, equivalentes a 500 dólares por persona. Casi la cifra del PIB anual de Alemania, la mayor economía de Europa.

En términos sociales, la desnutrición infantil y materna siguen reduciendo la calidad de vida y la esperanza de vida de millones de personas, mientras que los problemas de salud asociados a la obesidad, –como las enfermedades cardíaca y diabetes–, afectan a millones más.

Para combatir la malnutrición, el SOFA señala que una alimentación sana y una buena nutrición debe comenzar con la alimentación y la agricultura. La forma en que cultivamos, criamos, procesamos, transportamos y distribuimos los alimentos influye en lo que comemos, según el informe, señalando que la mejora de los sistemas alimentarios puede hacer que los alimentos sean más asequibles, variados y nutritivos.

Desde la FAO se hacen una serie de recomendaciones específicas para actuar como el uso de políticas, inversión e investigación agrícola adecuadas para aumentar la productividad; cortar las pérdidas y el desperdicio de alimentos, que en la actualidad ascienden a un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano cada año; mejorar el rendimiento nutricional de las cadenas de suministro, mejorar la disponibilidad y accesibilidad de una amplia diversidad de alimentos; ayudar a los consumidores a tomar buenas decisiones alimentarias para una mejor nutrición a través de la educación, la información y otras acciones; mejorar la calidad nutricional de los alimentos mediante el enriquecimiento y la reformulación y hacer que los sistemas alimentarios estén más atentos a las necesidades de las madres y los niños pequeños.

El informe también destaca el importante rol de las mujeres y afirma que dar a las mujeres un mayor control sobre los recursos y los ingresos beneficia su salud y la de sus hijos. Las políticas, intervenciones e inversiones en tecnologías agrícolas que ahorran mano de obra y en infraestructura rural, así como la protección y los servicios sociales también pueden hacer contribuciones importantes a la salud y nutrición de mujeres, sus bebés y niños pequeños.

Sobre los proyectos que han tenido éxito para elevar los niveles de nutrición incluyen un aumento en la producción, comercialización y consumo de verduras y legumbres locales en África oriental; la promoción de huertos familiares en África occidental; el fomento de sistemas de producción mixtos ganaderos y agrícolas junto con actividades de generación de ingresos en algunos países de Asia; mejorar genéticamente cultivos básicos como la batata para aumentar su contenido en micronutrientes, así como asociaciones público-privadas para enriquecer productos como el yogur o el aceite para cocinar con nutrientes.

Del mismo modo, el SOFA señala que hacer que los sistemas alimentarios mejoren la nutrición es una tarea compleja que requiere un fuerte compromiso político y liderazgo al más alto nivel, asociaciones de base amplia y enfoques coordinados con otros sectores importantes como salud y educación. «Un gran número de actores e instituciones deben trabajar juntos en todos los sectores para reducir más eficazmente la subnutrición, las deficiencias de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad», se añade.

Concluye en documento de la FAO recordando que la gobernanza de los sistemas alimentarios que aporta liderazgo, coordinación eficaz y fomenta la colaboración entre los diversos grupos de interés, es una prioridad».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación