CIUDAD DEL VATICANO, 20 mar 2001 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha revelado hoy que desde hace tiempo está atendiendo las denuncias recibidas de «abusos sexuales sufridos por religiosas por parte de sacerdotes o misioneros».
Un comunicado de prensa publicado por el portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls, explica que «el problema es conocido y que está circunscrito a un área geográfica delimitada». Ahora bien, añade, «situaciones negativas no deben hacer olvidar la fidelidad con frecuencia heroica de la gran mayoría de los religiosos, religiosas y sacerdotes».
La declaración vaticana tiene lugar después de que este martes el diario italiano «La Repubblica» publicara una artículo en el que afirma que la Congregación vaticana para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, presidida por el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, recibió a mediados de los años noventa denuncias de religiosas africanas seducidas o que sufrieron abusos sexuales de sacerdotes.
Se trata de casos procedentes fundamentalmente de África, explica el diario, «donde la cultura no favorece el celibato y donde por tradición es imposible para una mujer o una adolescente oponerse a un hombre, especialmente si es anciano o sacerdote».
El artículo de «La Repubblica» basa sus informaciones en acusaciones recogidas por el semanario estadounidense «National Catholic Reporter». Cita como fuente un informe confidencial enviado por sor Maria O´ Donohue a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
El Vaticano, en la nota aclaratoria, informa que se trata de una cuestión que afrontó tras recibir el informe. «La Santa Sede está tratando la cuestión en colaboración con los obispos, con la Unión de Superiores Generales (USG) y con la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) –explica la nota del portavoz–. Se trabaja en la doble dirección de la formación de las personas y de la solución de casos particulares».
