CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 23 marzo 2006 (ZENIT.org).- El birrete de color rojo púrpura que recibirán este viernes quince nuevos cardenales de Benedicto XVI manifestará su disponibilidad concreta para derramar su sangre por la Iglesia.
Así lo testimoniará públicamente el mismo Papa en el momento culminante del consistorio ordinario público para la creación de nuevos cardenales que está previsto para las 10.30 hora local en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Según el nuevo rito introducido con ocasión del consistorio del 28 de junio de 1991, el acto comenzará con el saludo litúrgico y la lectura por parte del Papa de la fórmula de creación y de la proclamación solemnemente de los nombres de los nuevos cardenales.
A continuación, el primero de ellos se dirigirá al Santo Padre en nombre de todos. Tras la Liturgia de la Palabra, la homilía del Papa, la profesión de fe, los cardenales pronunciarán el juramento.
El texto del juramento, traducido del original latín, es éste: «Yo [nombre y apellidos], cardenal de la Santa Romana Iglesia, prometo y juro ser fiel desde ahora y para siempre mientras viva a Cristo y a su Evangelio, siendo constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana, al bienaventurado Pedro en la persona del Sumo Pontífice Juan Pablo II y de sus sucesores canónicamente elegidos; mantener siempre con palabras y obras la comunión con la Iglesia católica; no revelar a nadie lo que se me confíe en secreto ni divulgar aquello que podría acarrear daño o deshonra a la Santa Iglesia; desempeñar con gran diligencia y fidelidad las tareas a las que estoy llamado en mi servicio a la Iglesia, según las normas del derecho. Que así me ayude Dios omnipotente».
A continuación, cada nuevo cardenal se aproximará entonces al Santo Padre y se arrodillará ante él para recibir el birrete cardenalicio y la asignación de un título o diaconía.
El Papa, al colocar el birrete sobre la cabeza del nuevo cardenal, dice, entre otras cosas: «[es] rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana».
El Santo Padre entregará después la Bula de creación de cardenales, asignará el título o diaconía —como signo de su participación en el cuidado pastoral del Papa por la ciudad de Roma– e intercambia el beso de la paz con los nuevos miembros del Colegio Cardenalicio.
Los cardenales intercambiarán también el mismo signo de paz entre ellos.
El rito concluirá con la oración de los fieles, el rezo del Padrenuestro y la bendición final.
El sábado 25 de marzo, el Santo Padre presidirá la concelebración de la misa con los nuevos cardenales, a quienes entregará el anillo cardenalicio «signo de esa dignidad, de solicitud pastoral y de más sólida unión con la sede del apóstol san Pedro».
