Nuevas líneas guía del Vaticano para la Iglesia irlandesa

Tras la Visita Apostólica, con el objeto de debelar definitivamente los abusos a menores por parte del clero

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CIUDAD DEL VATICANO, martes 20 marzo 2012 (ZENIT.org).- La Visita Apostólica a las diócesis de Irlanda ha llegado a su conclusión y el Vaticano ha expresado de modo claro la exigencia de un cambio radical.

En el Summary of the Findings of the Apostolic Visitation in Ireland, publicado este martes por la Santa Sede, emergen todas las críticas ligadas en primer lugar a los abusos a menores por parte de presbíterios y religiosos, al frente de las cuales, se sugieren comportamientos y praxis para restituir confianza y credibilidad a la Iglesia irlandesa.

La Santa Sede, se lee en el documento, expresa en primer lugar el «sentimiento de turbación», ya manifestado por el papa Benedicto XVI en su Carta a los Católicos de Irlanda, subrayando la cercanía del santo padre a todas las víctimas de «tales actos pecaminosos y criminales realizados por sacerdotes o religiosos».

En el documento, se deplora luego la «gravedad de las faltas que han tenido lugar en el pasado», es decir, la «no suficiente comprensión y reacción, también por parte de los obispos y superiores religiosos al terrible fenómeno del abuso sobre los menores».

Al mismo tiempo, sin embargo, se han constatado los «pasos adelante decisivos», realizados a partir de los años 90, que han llevado a «una mayor conciencia del problema». La Santa Sede recomienda por tanto «que obispos y superiores religiosos continúen en el empeño de acogida y asistencia a las víctimas de abusos».

Las líneas guía contenidas en el documento Safeguarding Children de 2008, que prevén una implicación capilar de los fieles y una estrecha colaboración con las autoridades civiles, con la recomendación de atenerse a la Congregación para la Doctrina de la Fe, «se ha revelado un instrumento eficaz», en materia de tutela de los menores en la Iglesia.

La Santa Sede recomienda por tanto que las Líneas Guía sean aplicadas escrupulosamente en todas las diócesis y los institutos religiosos y que tal proceso de verificación «pueda repetirse con regularidad».

«A partir del documento Interim guidance, de reciente publicación –se lee también en la nota- obispos y superiores religiosos, en colaboración con el National Board, deberán desarrollar una normativa para tratar los casos de sacerdotes o religiosos hacia los que se hayan avanzado acusaciones, pero respecto a los cuales el ministerio fiscal haya decidido no proceder».

Hay luego que tutelar a los reintegrados, los sacerdotes falsamente acusados, y al mismo tiempo, se debe ofrecer «adecuada atención pastoral» alos presbíteros sospechosos o considerados culpables de abusos a menores.

La Santa Sede constata luego la buena «formación intelectual, humana y espiritual» comprobada en los seminarios durante la Visita. Se sugiere también una atención ulterior al cuidado de la formación para «una auténtica identidad sacerdotal», además de una mayor responsabilidad de los obispos en la gestión de los seminarios y a la inserción, en los planes de estudio, de específicas disciplinas sobre la tutela de los menores.

A pesar de las «muchas heridas» abiertas en la comunidad católica irlandesa por los sucesos de los últimos años, la Visita Apostólica ha subrayado también la «permanente vitalidad de la fe del pueblo irlandés». Un contexto en el cual la Santa Sede dirige un llamamiento a la «comunión eclesial» entre los obispos, y entre estos últimos y el sucesor de Pedro y la comunidad toda.

El documento sugiere luego algunas «prioridades pastorales», entre ellas: «formación en los contenidos de la fe, valorización del compromiso de los laicos, papel de las enseñanzas de religión, apertura a la contribución de los movimientos y asociaciones, fidelidad a las enseñanzas del Magisterio».

Se ha abierto luego una «reflexión común» entre Santa Sede y episcopado irlandés «sobre la actual configuración de las diócesis, con vistas a hacer las estructuras diocesanas más idóneas para responder a la actual misión de la Iglesia en Irlanda».

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ZENIT Staff

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