Una parroquia lucha por conservar el sentido de la fiesta de los Reyes Magos

La Epifanía, fiesta de la niñez y de la familia

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PARANÁ, miércoles, 12 diciembre 2007 (ZENIT.org).-  En la tradición cristiana de cultura latina, la fiesta de los Reyes Magos ha tenido siempre un profundo significado. Los mismos sabios de Oriente que, en el relato evangélico, ofrecieron presentes a Jesús, son celebrados como portadores de dones para los niños. Una tradición que corre el riesgo de ser ahogada por otras costumbres no basadas en la fe cristiana.

En Argentina, una parroquia, la Capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Paraná-Entre Ríos, ha logrado desde 1964 crear y mantener en todos estos años una gran Cabalgata de los Reyes Magos, y una fiesta a la que asisten los niños y familias no sólo del entorno sino de otros lugares del país. El festejo va ya por su 44 edición y, a la última celebración asistieron alrededor de quince mil personas y se repartieron obsequios a más de 3.500 niños.

Además –explica a Zenit el presidente de la Comisión organizadora, Daniel Alberto Chiapino–, han conseguido la colaboración gratuita de artistas en el festejo dedicado a los pequeños y familias, Y también patrocinadores, aunque la entrada es libre y gratuita, por lo que el evento tiene incluso ingresos que revierten «en la construcción de un amplio salón comunitario y parroquial, donde se atiende las necesidades de Caritas, Copa de leche y se dictan diversos cursos para los más necesitados».

La Cabalgata, que se realiza el día 5 de enero, está encabezada por los Reyes Magos, Gauchos y centenares de vehículos. «La figura de los Tres Reyes Magos, convoca cada año, a miles de niños, y conservamos así, siempre su cálida inocencia –explica Chiapino–. No hay duda que todos nos emocionamos cuando los vemos llegar, después de recorrer en su noche central, tres kilómetros de caravana, escoltados por cientos de vehículos, personas caminando, ambulancias, bomberos y la propia policía, que a los alardes de sus sirenas, la emoción más crece».

Chiapino informa que su firme convicción de hacer algo bueno para los niños y la transmisión de la tradición cristiana choca con las dificultades que tienen que afrontar cada año. «Es por eso, que siempre quedan abiertas las puertas, para que futuros padrinos, empresarios, comerciantes, se sumen a la gran cartelera de auspiciantes, para seguir regalando bicicletas, juguetes, golosinas entre otros gastos que sostienen la realización de este festival», explica el presidente de la Comisión organizadora.

La primera vez que se organizó esta Fiesta, unos cien niños recibieron un regalo de sus majestades los Reyes Magos.

Fue declarada de Interés Municipal en 1988 y Fiesta Provincial en 1992. Integrada en el Corredor Turístico del Río Paraná en 1994, y recibió los premios «A la Excelencia 1994» y «El Niño Feliz 1997».

Así mismo fue declarada fiesta de nivel arquidiocesano por el arzobispo de Paraná en 1994.

Artistas de nivel provincial y nacional, regalan su presentación, como ofrenda al Niño Dios y el recinto donde sigue la fiesta cuenta con un gran Nacimiento Viviente.

En la noche central del sábado 5 de enero de 2008, se entregará a cada niño, al ingresar al predio, un vaso de gaseosa, un globo, un paquete de golosinas, porras plásticas y números para el sorteo de  bicicletas.

El recinto cuenta también, explican los organizadores «con dos amplias cantinas de 40 metros, con un esmerado servicio y con precios accesibles. Camping de dos hectáreas, preparado para tal fin. Amplios estacionamientos custodiados. Lanzamientos al espacio con globos especiales, de mensajes de Paz, Amor y un Rosario Gigante».

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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