El cardenal Pietro Parolin ha hecho este sábado un repaso por algunos acontecimientos de su vida y ha hablado de las reformas que está realizando el papa Francisco. Además, se ha pronunciado sobre la vocación de los sacerdotes y ha dicho que “el celibato es un gran don que el Señor ha hecho a la Iglesia, por el que hay que estar profundamente agradecidos, y ciertamente no es, como tal, la causa de los escándalos que involucran a los sacerdotes”. En una entrevista concedida a Radio Vaticano, el cardenal secretario de Estado ha manifestado que la misión del sacerdote es “llevar a Dios a la gente y llevar a la gente a Dios”. [caption id="attachment_61870" align="alignleft" width="691"] El Papa con el cardenal Parolín a la salida del Aula Pablo VI[/caption] “Y no a un Dios cualquiera, sino al Dios de Jesucristo, al Dios del Evangelio”, ha añadido. Se trata de “una misión que no cambia por las mutaciones de las situaciones o de las contingencias históricas; una misión que hoy es tanto o más impulsada cuanto más parece oscurecerse el horizonte de la fe y nuestro mundo parece estar más secularizado”, ha asegurado. “El sacerdote debe ser un hombre de Dios, un signo creíble, y cuanto más posible sea, luminoso de su presencia de amor y de salvación en el mundo, un puente que permita y favorezca el encuentro con Aquél que solo es capaz de dar sentido y significado a la vida, de responder a los interrogantes más profundos, de enseñar a amar y a ‘gastarse’ por todos, y, especialmente, por los más pobres y abandonados”, ha destacado. El purpurado italiano también ha recordado que el Pontífice se refiere a menudo a lo necesario que es acudir a las periferias geográficas y existenciales. El Santo Padre “no hace otra cosa que recordarnos, simplemente, que el sacerdote, como Cristo, en la persona que actúa, es enviado a evangelizar a los pobres”, ha enfatizado. Por eso, ha considerado que la formación en los seminarios debe prestar atención a esta dimensión y tiene que ser capaz de “preparar a los futuros sacerdotes a evangelizar a los pobres y dejarse evangelizar por los pobres”. Preguntado por su actual tarea en la Santa Sede, ha reconocido que “la misión del secretario de Estado resuena para mí como una llamada particular y urgente a ser un testigo creíble y a ponerme en actitud de constante y sincera conversión”. “Querría ser capaz, tomando como ejemplo al Papa, de mostrar siempre, también en las cuestiones más burocráticas, el rostro acogedor y misericordioso de la Iglesia jerárquica”, ha indicado. Por otra parte, ha reiterado que Francisco habla a menudo de la dimensión misionera de la Iglesia y de la necesidad de reformar las estructuras “para tener la transparencia de Jesús”. Finalmente, el cardenal Parolin ha relatado cómo descubrió su vocación y ha explicado que “no hubo una señal particular”. “La mía es la historia de un chico al que el Señor ha llamado en las circunstancias comunes y corrientes de la vida y que ha tenido la gracia de encontrar a quien, alrededor suyo, ha sabido ayudarlo a cultivar la semilla de la vocación y a hacerla fructificar”, ha concluido.
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Jan 11, 2016 08:02