LONDRES, miércoles 12 de enero de 2011 (ZENIT.org) .- Se ha comprobado que las escuelas católicas de Inglaterra y Gales ofrecen una mejor educación que otras instituciones a todos los niveles, sobre todo en el desarrollo personal de los estudiantes.
Estas son algunas de las conclusiones de dos informes publicados el pasado lunes por el Catholic Education Service for England and Wales (CESEW).
El CESEW publicó una “Relación de Datos del Censo de 2009 para las Escuelas y Colegios”, y también un informe titulado “Valor Añadido: La Contribución distintiva de los Colegios y Escuelas Católicas en Inglaterra”.
El informe destaca que de acuerdo con la Office for Standards in Education, Children's Services and Skills (OFSTED), perteneciente al Gobierno, “las escuelas católicas alcanzan, constantemente, una mejor puntuación con respecto a la media”.
El obispo monseñor Malcom Mahon, presidente de la CESEW, afirmó que “estos dos informes ratifican con claridad que la educación católica realiza una importante contribución al futuro de nuestra sociedad”.
“Además”, añadió, “estos informes confirman que el dinero de los contribuyentes destinado a las escuelas católicas se emplea bien”.
Oona Stannard, jefa ejecutiva y directora del CESEW, comentó: “Me complace comprobar que nuestros esfuerzos son valorados con puntuaciones visiblemente más altas en el desarrollo personal, incluido el disfrute de la escuela”.
“Obtener resultados positivos y exitosos no sólo beneficia a los alumnos, de los cuales cerca del 30% no son católicos, sino que también muestra que la Iglesia realiza una inversión el futuro bienestar de la sociedad a través de las escuelas católicas”.
En el área del desarrollo personal y bienestar, el informe destaca, “la diferencia más notable se encontró en la evaluación del desarrollo espiritual, moral, social y cultural de los alumnos, aunque las escuelas católicas recibieron una mejor puntuación en el criterio relacionado con el disfrute de los alumnos de su educación, su comportamiento y la positiva contribución que ellos realizan a la comunidad local”
Esta categoría, en que las escuelas católicas muestran una gran ventaja sobre su competencia, influye en otros elementos como en un estilo de vida saludable, prácticas de seguridad, asistencia, comportamiento y bienestar económico.
Sobresaliente
En términos de efectividad general, el 73% de las escuelas de secundaria están consideradas como excelentes o buenas en comparación con el 60% de las escuelas públicas. En las escuelas de primaria, el 74% de las católicas fueron consideradas como sobresalientes o buenas en comparación con el 66% de las públicas.
El informe añade que estos resultados reflejan, también, la diversidad social que existe dentro de las escuelas católicas, ya que estas instituciones tienen el mismo nivel de niños que reciben ayudas, como el de comedor gratuito, que las escuelas públicas.
También las escuelas católicas muestran mayor diversidad étnica que sus homólogas públicas.
En la presentación del informe, Stannard afirmó que “quizás la parte más reveladora del informe es la breve sección que valora el valor añadido por estas escuelas”.
“Estos resultados claramente demuestran que nuestras escuelas lo están haciendo extraordinariamente bien, tanto en términos de medidas objetivas de los resultados y cuando se valoran los factores contextuales como los niveles de desventaja social”, añadió.
Stannard continuó diciendo, “tres hallazgos del informe son particularmente alentadores y deberían animarnos a comprometernos en un espíritu de colaboración en confianza con nuestras comunidades de vecinos”.
“El primero es el mantenimiento del alto nivel de calidad que ofrecemos desde los primeros años hasta la fase de secundaria. El segundo es la gran calidad en todos los aspectos del liderazgo”.
“Quizás el más importante de todos sea el tercero, que concierne a nuestra contribución a la comunidad, que está constantemente valorada por encima de la media en ambas fases, la primaria y la secundaria”.
Stannard manifestó que “ en el afrontar los retos de la educación del siglo XXI, podemos afirmar con confianza que las escuelas católicas son parte de la solución, y no el problema”.
Traducido del inglés por Carmen Álvarez