CIUDAD DEL VATICANO, 17 noviembre 2003 (ZENIT.org).- La expansión de sectas fundamentalistas y de la desesperanza que caracteriza a la sociedad contemporánea implican para la Iglesia un llamamiento a la «nueva evangelización», considera Juan Pablo II.

Según el Santo Padre, este fenómeno típico de «sociedades modernas», se debe al hecho de que «buena parte de la población se encuentra en situaciones desesperadas que le llevan a buscar soluciones rápidas y fáciles a problemas complicados».

«Este sentido de falta de esperanza explicaría, en parte, el motivo por el cual muchas personas --tanto jóvenes como ancianos-- sienten el atractivo de sectas fundamentalistas, que les ofrecen un fervor emocional pasajero y la seguridad de riqueza y de éxitos mundanos», constató al encontrarse este lunes con el último grupo de obispos católicos de la India en visita «ad limina apostolorum» a Roma.

Según explicó el obispo de Roma en el discurso que les entregó en inglés, la respuesta de la Iglesia a estas demandas debe ser la «nueva evangelización».

«El éxito depende de la capacidad para mostrar a la gente el vacío de estas promesas, demostrándoles que Cristo y su Cuerpo comparten sus sufrimientos», añadió.

«La Iglesia ha recibido la misión única de servir al Reino y de extender por el mundo los "valores del Evangelio" que son expresión del Reino y que ayudan a la gente a aceptar el plan de Dios», subrayó.