CUIDAD DEL VATICANO, lunes, 29 mayo 2006 (ZENIT.org).- Cuando faltan pocos días para el Mundial de fútbol, la Confederación Internacional de Caritas ha alzado su voz para condenar la prostitución, legal o ilegal, y la casi certeza que muchas de las 40.000 personas «empleadas del sexo», que llegarán a Alemania para ponerse al servicio de los aficionados al fútbol lo harán contra su voluntad.

«Ésta podría ser la profesión más vieja del mundo, pero la causa de ella es siempre la vulnerabilidad de la mujer que, en muchos sentidos, no ha cambiado tanto en todos estos años», afirma Duncan MacLaren, secretario general de Caritas Internationalis, cuya sede está en la Ciudad del Vaticano.
«Muchas mujeres dirán que ésa es la vida que han escogido vivir, pero la desesperación económica o la falta de ciertas estructuras sociales obligan a las mujeres a la prostitución, dejándolas con pocas alternativas», añade MacLaren.

La prostitución fue legalizada en Alemania en 2002. Se estima que unas 400.000 mujeres se dedican en Alemania a la industria del sexo, cuyas ganancias ascienden a unos 18 mil millones de dólares estadounidenses al año. Al menos tres cuartos de esas mujeres son extranjeras, la mayoría de ellas procedentes de Europa del este. Pocas de ellas tienen los papeles en regla.

Unos 3 millones de aficionados al fútbol, en su mayoría hombres, invadirán 12 ciudades alemanas durante un mes, en ocasión del evento de la Federación Internacional de Fútbol, que comenzará el 9 de junio.

Fuentes no oficiales aseguran que unas 40.000 personas, empleadas del sexo, inundarán el país para responder a los apetitos sexuales incitados por el deporte y el alcohol.

Sólo la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha anunciado oficialmente su preocupación porque entre 30.000 y 60.000 mujeres y jóvenes podrían ser víctimas de la prostitución forzada y los abusos sexuales, durante el Mundial de Alemania.

«Es importante reconocer que la explotación sexual, la prostitución y el tráfico de seres humanos, son actos de violencia contra la mujer, y como tales constituyen una ofensa a la dignidad de la mujer y una grave violación de los derechos humanos fundamentales», se puede leer en un documento oficial del Vaticano, en respuesta a una aserie de reuniones celebradas con el fin de tratar este problema.

Según la Organización Internacional de Migraciones, unas 500.000 mujeres al día son víctimas del tráfico de blancas en Europa del este y, normalmente contra su voluntad, trabajan como esclavas del sexo. A la mayoría de ellas las engañan con la promesa de un trabajo bien pagado.

No obstante las exhortaciones de diferentes organizaciones para la defensa de los derechos humanos dirigidas a la FIFA y a algunos jugadores para que denuncien el peligro y sensibilicen al público durante el Mundial, hasta la fecha no ha habido una respuesta.

La FIFA ha respondido a una de esas peticiones diciendo que ya le era imposible responder a todas las solicitudes que recibe, de manera que no puede ocuparse de defender también otra causa.

Sin embargo, MacLaren, denuncia la escandalosa discrepancia entre el buen espíritu de juego y los sórdidos bajos fondos vinculados al fútbol.

«Los aficionados al fútbol no deberían ensuciar el buen nombre del “juego”, con la explotación de seres humanos. Animamos a todas las personas de buena voluntad a alzar su voz contra el comercio del mal, que trata a las mujeres como cosas y no como seres creados a imagen y semejanza de Dios», afirma MacLaren.

Algunos mega burdeles, como uno recientemente inaugurado en Berlín, de 3.000 metros cuadrados y cuatro plantas, cuentan con las grandes ganancias del Mundial. En muchas ciudades, incluso se han construido las llamadas «chabolas del sexo» o «cabinas de servicios» con aparcamientos privados, duchas y todo lo necesario, siempre respetando el derecho a la intimidad de los clientes.

En una de las muchas iniciativas para avisar a las chicas confiadas del peligro que corren, un grupo de religiosas de Polonia está distribuyendo folletos informativos al respecto, en seis idiomas de Europa del este. En los folletos se incluyen números de teléfono de emergencia, para contactar en caso de necesidad.

«Nuestros recursos son muy limitados, pero hacemos lo que podemos», afirma la hermana Jolanta Olech, presidenta de la Conferencia de Superioras de Órdenes Religiosas Femeninas de Polonia.

«Estamos profundamente preocupadas por la publicación de reportajes que indican que la vida de los hombres sería mucho mejor, si importan a jovencitas de los países más pobres de Europa», añadió la religiosa.

Otros grupos están seleccionando a potenciales clientes, advirtiéndoles que estén en guardia ante indicios que denoten que las mujeres que han pagado podrían haber sido obligadas a prostituirse. Se han establecido números de teléfonos a los que pueden llamar también los clientes, si sospecha el juego sucio.

Caritas Internationalis es una confederación de 162 organizaciones católicas de asistencia, desarrollo y servicio social, presente en más de 200 países y territorios.