(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 10.10.2024).- En una reunión celebrada el 10 de octubre, el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, líder de la Iglesia greco-católica ucraniana, se reunió con el Papa Francisco para compartir las desgarradoras realidades de la guerra en curso en Ucrania y los desafíos inminentes del invierno. El encuentro tuvo lugar en el Palacio Apostólico en la Ciudad del Vaticano, justo antes de la reunión programada del Papa con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
El arzobispo Shevchuk, que también participa en el Sínodo sobre la Sinodalidad como representante de la asediada población de su nación, describió la audiencia como «un momento de reflexión espiritual e intercambio». Enfatizó las terribles circunstancias que enfrentan los ucranianos, particularmente a medida que se acercan los meses más fríos, y transmitió la profunda preocupación expresada por el Papa Francisco por la población civil, especialmente los más vulnerables.
La guerra en curso y una Iglesia en dificultades
Durante su conversación, el arzobispo Shevchuk informó al Papa sobre el deterioro de la situación en Ucrania, refiriéndose a la guerra como un «desastre» en curso. El arzobispo destacó la crisis humanitaria, detallando las inmensas dificultades que enfrentan millones de personas mientras la nación se prepara para otro duro invierno bajo la sombra del conflicto.
Shevchuk también compartió actualizaciones sobre la vida de la Iglesia ucraniana en medio de estos desafíos. Presentó los resultados del Sínodo de los obispos ucranianos celebrado en julio, que se centró en la evangelización en tiempos de guerra. El resultado de este sínodo fue una carta pastoral, que refleja la respuesta teológica de la Iglesia a la guerra y su visión para lograr una paz justa.
«La palabra de Dios es un mensaje de esperanza, especialmente para un pueblo sumido en la desesperación», dijo Shevchuk a los medios del Vaticano, enfatizando el papel crucial del liderazgo espiritual durante estos tiempos difíciles.
Apoyo y reconocimiento papal
El papa Francisco, que ha expresado constantemente su preocupación por Ucrania desde el estallido de la guerra, expresó su gratitud por los esfuerzos «heroicos» de la Iglesia greco-católica ucraniana, sus obispos y su clero. El papa ofreció sus oraciones y bendiciones, reafirmando su compromiso con el sufrido pueblo ucraniano.
El arzobispo también expresó su propio agradecimiento por las continuas intervenciones del papa en favor de Ucrania, destacando en particular la reciente liberación de dos sacerdotes redentoristas, el padre Ivan Levytskyi y el padre Bohdan Heleta, que habían sido detenidos por las fuerzas rusas en 2022. Su liberación, lograda mediante un intercambio de prisioneros el 29 de junio, fue vista como un logro significativo, posible en parte gracias a la mediación del Vaticano. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, había expresado previamente su gratitud a la Santa Sede por sus esfuerzos diplomáticos para lograr su libertad.
Un encuentro clave con el presidente Zelensky
El encuentro del Papa con el presidente Zelensky, programado para el 11 de octubre, marcará su tercer encuentro oficial en el Vaticano. Esta reunión tiene un significado particular ya que el líder ucraniano busca el apoyo moral y diplomático continuo de la Santa Sede en medio del conflicto en curso.
El arzobispo Shevchuk subrayó la importancia del compromiso de Zelensky con el Papa Francisco, señalando que el presidente ucraniano tiene al Papa en alta estima como autoridad moral mundial. El arzobispo comentó: «Para nosotros, el apoyo del Papa y la Santa Sede es vital, especialmente mientras soportamos este doloroso capítulo en la historia de nuestra nación».
Un llamado urgente a la solidaridad
Antes de regresar a las discusiones del Sínodo, el arzobispo Shevchuk hizo un apasionado llamado a la comunidad internacional a través de los medios de comunicación del Vaticano. A medida que se acerca el invierno, casi seis millones de ucranianos enfrentan una grave escasez de alimentos, advirtió, instando a la solidaridad mundial y a las oraciones por su nación.
«Debemos alimentar a los hambrientos y dar calor a quienes sufrirán en el frío», subrayó. «Oremos por Ucrania y confiamos en vuestra solidaridad».
A medida que el invierno se acerca y la guerra no da señales de amainar, el llamamiento de ayuda de la Iglesia greco-católica ucraniana resuena no sólo como una súplica de ayuda inmediata, sino como un recordatorio del continuo costo humanitario del conflicto.
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