ROMA, 16 julio (ZENIT.org).- El Superior General de los misioneros Javerianos, Francisco Marini, ha expresado públicamente su satisfacción ante la decisión del Parlamento Italiano de aprobar definitivamente la ley que reduce la deuda de los países pobres.
Francisco Marini, tras conocer la noticia, ha afirmado: «Es un buen paso, pero no debe permanecer como un hecho aislado. El pensamiento de quien gobierna no debe ser: ya hemos hecho esto y ahora ya no deben venir a pedirnos más». Al contrario, hay que controlar que el dinero prestado sea destinado a proyectos sociales para que no terminen en los bolsillos de algún dictador local –explica el religioso–. Una ley de este tipo quita un gran peso de encima a los países pobres, pero no les hace caminar solos. Ahora es el momento de meterse de verdad en una perspectiva de solidaridad mundial.
El total de los créditos anulados por Italia no superan los 6 mil millones de dólares.